Nunca digas… nunca, jamás
La empresa que no realiza cambios en cualquiera de sus partes está destinada a morir.
Vivimos en una era constante de cambios, y como buenos seres humanos, siempre ponemos resistencia a ellos, por naturaleza. Sin embargo, los cambios son necesarios en las organizaciones, y en algunos casos, imprescindibles. La empresa que no realiza cambios en cualquiera de sus partes está destinada a morir. Renovarse es parte ya indispensable y lo único que nos queda, es afrontarlo y superarlo.
Los cambios tienen como objetivo la mejora y buscan obtener frutos en las actividades o en la estructura de las organizaciones. Cambios que buscan beneficiar al personal, pero sobre todo, a nuestro consumidor final.
Me permito compartirte 5 puntos para afrontar los cambios de manera más sencilla:
1.- Reconoce.- Lo primero que tienes que hacer es reconocer tus miedos, y que todo cambio genera en un principio dificultad para adaptarse y poder realizar tus labores con seguridad y confianza.
2.- Acepta.- Acepta los cambios, no te resistas a ellos. Como te mencioné anteriormente, los cambios son inminentes, por lo que aceptando la realidad, lograrás tener mayor disposición para afrontarlos como se debe.
3.- Sé positivo.- Recuerda que los cambios son pensados para mejorar y con un pensamiento y actitud positiva de tu parte lograrás adaptarte mucho más rápido y tendrás los resultados esperados en un corto plazo y con mayor satisfacción de tu parte.
4.- Sé flexible.- Tu flexibilidad permitirá que te adaptes a los cambios en menor tiempo. Recuerda que sólo tú tienes el poder para adaptarte y decidir lo que más te conviene a ti y a la empresa. Acepta los cambios como retos a tu persona y haz de ellos lo mejor en ti.
5.- Acciona.- Los cambios en una organización llevan tiempo, por lo que después de cumplir con los puntos anteriores, sólo te queda poner tu plan de acción en marcha y demostrar que puedes con eso y más.
Busca el lado positivo de los cambios que se realizan y te darás cuenta que tu adaptación a las nuevas tareas o responsabilidades es mucho más fácil. No importa tu edad o experiencia, lo que importa es tu disposición. Los miedos no tienen cabida, incluso los miedos al cambio de giro, o incluso, de trabajo. Si estás convencido del cambio, realízarlo con fe, arriésgate, no te quedes en la orilla diciendo siempre: Nunca, jamás.