Obama y Peña: una medida audaz

La gran reforma pendiente es la del Estado, en sus vertientes de justicia y transparencia, rendición de cuentas y combate a la impunidad, la única que puede empujar las estructurales ya aprobadas y que tienen contra el tiempo.

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Los que duermen juntos tienen el mismo sueño. Florestán

Cuando ayer hablé con el doctor Daniel Zovatto sobre cómo cierra México este 2014, ya en el inicio del tercer año de la Presidencia de Enrique Peña Nieto, me dijo que apreciaba que la tormenta había amainado un poco, tras el momento más grave de su gestión, pero dijo que los problemas centrales, de fondo, no habían desaparecido.

Apuntó lo que ya había consignado en este espacio: que el reto es cómo restablecer la confianza y el optimismo, so pena de que las reformas no avancen en los tiempos necesarios, lo que, a su vez, ahondaría esa desconfianza y ese pesimismo.

Con Zovatto coincidí en que la gran reforma pendiente es la del Estado, en sus vertientes de justicia y transparencia, rendición de cuentas y combate a la impunidad, la única que puede empujar las estructurales ya aprobadas y que tienen contra el tiempo.

En una conversación anterior con Zovatto, uno de los mejores y más reconocidos estudiosos de la política latinoamericana, me dijo que el presidente Peña Nieto necesitaba tomar una decisión audaz, que al hablarlo ayer, la equiparó con la de Barack Obama, el miércoles, en plena crisis de gobernabilidad y debacle de política exterior, tras sus fracasos en Siria, Libia y Rusia, que le dio un impulso y un reconocimiento que el martes no tenía.

Traído a nuestro mapa, entiendo lo que dice el doctor Zovatto sobre una decisión audaz del presidente Peña Nieto.

Pero no sé cuál pueda ser ni cómo vaya a cortar.

Con el fin de año, los jefes de gobierno tienen un espacio para pensar acciones que en el tráfago del día con día no pueden ver.

Estos días habrán de ser determinantes en las decisiones que el presidente de la República habrá de anunciar con el año nuevo, desde las que buscará relanzar su Presidencia, su gobierno y su figura, para  recuperar el optimismo y la confianza, perdidos, tarea nada fácil, pero indispensable.

Retales

1. Candidatos. La nominación de Luisa María Calderón como candidata de unidad del PAN al gobierno de Michoacán es una señal muy fuerte de la gestión de Ricardo Anaya. Con Gustavo Madero no hubiera sido ella. Por el PRD irá Silvano Aureoles. El PRI no decide por falta de una carta de esa presencia;

2. Que no. La senadora Dolores Padierna me dijo con toda vehemencia que no busca la candidatura del PRD al Gobierno del Distrito Federal para 2018. Que será senadora hasta el final. Yo insisto en que es una carta por la estructura de René Bejarano, su marido. Ya veremos; y

3. Banda. La exoneración de Raúl Salinas, pese a todas las evidencias, dinero y propiedades, podría impactar la sucesión en la Suprema Corte de Justicia por la relación de uno de los aspirantes con el ex presidente Carlos Salinas. Ya lo veremos.

Por vacaciones, nos veremos el 6 de enero, pero en privado.

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