El ocaso de un político

A la luz de los resultados del 5 de junio, quizás sea hora de que el PRI se renueve, deje las viejas prácticas y permita emerger nueva sangre.

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Es el líder del partido más rico de México (en términos monetarios). A sus pies (por las buenas y por las malas) tiene una maquinaria electoral formidable, pero hay un pequeño gran detalle: Manlio Fabio Beltrones no sabe ganar votos.

Aunque a lo largo de su carrera ha ostentado varios puestos de elección popular, realmente nunca ha tenido que salir a la calle a ganarse el voto de la gente. 

Cuando en 1991 fue electo gobernador de Sonora, compitió en un sistema cerrado, donde, en México, sin una democracia funcional, ganaba el candidato designado por Los Pinos.

Desde que dejó la gubernatura ha sido senador y diputado en varias ocasiones, pero nunca por voto directo, siempre por representación proporcional o por estar en la lista de su partido (es decir, aquellos que por cuota obtendrán el puesto), lo cual de nuevo implica que nunca tuvo que salir a la calle a ganar directamente el voto de los electores. En pocas palabras, podemos decir que Beltrones sabe hacer política, pero esto no necesariamente se traduce en saber ganar elecciones.

En el pasado inmediato, cuando los priistas eligieron a Beltrones como su presidente de partido, de cara a las elecciones del 2016, eligieron a alguien que, en los últimos 20 años, la era del México democráticamente competitivo, nunca ha tenido la necesidad de ganarse un voto para ocupar un puesto de elección popular.

Por lo anterior, es razonable pensar que ante unas elecciones competidas el presidente nacional del PRI (aun con la ventaja que le daba la Presidencia de la República y la maquinaria electoral y el dinero de su partido ) estaba rebasado y nunca supo qué hacer para ganar votos y esto quedó demostrado en las elecciones de la semana pasada.

Posiblemente estamos atestiguando el ocaso de una carrera política; pues el accionar electoral de la vieja guardia del PRI  obedece a otras épocas.

Hoy, a la luz de los resultados del 5 de junio, quizás sea hora de que este partido verdaderamente se renueve, deje las viejas prácticas y permita emerger  nueva sangre, muy necesaria de cara a 2018.

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