Por un momento piense en que la zona donde vive, estudia, acude a citas médicas, trabaja o simplemente transita, se convierta de la noche a la mañana en un riesgo para usted. 

Esto sucede en una de las zonas más dinámicas del Distrito Federal, la Delegación Cuauhtémoc, la más grande de la ciudad y por ende la más habitada. Esa misma delegación que alberga colonias históricas como la Condesa, Juárez, Tlatelolco, Tabacalera, el Centro Histórico, entre otras igual de importantes.

El fenómeno a decir de vecinos de la zona, se ha dado gracias al reposicionamiento económico de algunas zonas con la construcción de nuevos edificios de lujo, apertura de restaurantes gourmet, rehabilitación de parques y jardines, así como remodelación de antiguas propiedades, que ahora operan como oficinas de un gran número de empresas.

Debido a lo anterior mencionado, se han dado casos de acoso, amenazas, asaltos y extorsión, donde ni las escuelas privadas, ni comercios, hospitales, restaurantes, entre otros, en los que la delincuencia ha puesto la mira. Hace semanas se mencionaban en los medios locales, los constantes casos de extorsión y agresiones en la zona Roma-Condesa, en las que la autoridad pareciera incapaz de generar las estrategias adecuadas para mitigar este penoso fenómeno.

A decir de la policía de la Ciudad de México, esto se ha dado debido al refuerzo de la Secretaría de Seguridad Pública, en puntos como la zona poniente de la capital, concretamente Polanco, Reforma, Constituyentes y Las Lomas, que han hecho que la delincuencia migre a zonas más céntricas de la ciudad.

Ante este panorama nada alentador para quienes transitamos a diario por la Delegación Cuauhtémoc, los ciudadanos y vecinos,  se han organizado y exigido al titular de la policía capitalina Hiram Almeida, ponga mayor atención a esta migración de la delincuencia.

Afortunadamente, la presión de los ciudadanos ha sido recibida de una buena forma y la autoridad ha comenzado a trazar un plan que contempla mayor presencia de patrullas de la policía preventiva, se otorgarán un mayor número de alarmas vecinales y la instalación de más cámaras de video vigilancia, sobre todo en puntos de mayor incidencia delictiva.

Según datos de Seguridad Pública, se ha disminuido la incidencia delictiva en la zona en casi 11%, pero desafortunadamente, la percepción ciudadana opina lo contrario, ya que todos los días se ven a cualquier hora del día, acciones emprendidas por la delincuencia.

En mi opinión, mientras los servidores públicos encargados de la seguridad no pongan atención en el desorden, la corrupción, los franeleros que en tienen secuestradas las calles y son tolerados por los patrulleros y elementos de tránsito a cambio de la clásica cuota, el problema no se resolverá del todo.

Lo valioso de este caso es ver que la autoridad, al sentir la presión de ciudadanos, accede al diálogo para atender sus demandas. Así que el mensaje es claro, organizarse para hacer que los servidores públicos dejen su zona de confort y se pongan a trabajar. ¡Que la pluma siga girando!