Oveja negra con gloria

Las ovejas negras institucionales buscan mensajeros a modo para acallar la verdad; pero, cuidado, recordemos que se puede engañar a pocos mucho tiempo o a muchos poco tiempo.

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En las familias nunca falta quien lleve el mote de “oveja negra”, pudiendo ser hermano, tío, primo por no dejar de citar, cuyas hazañas los particularizan. Obviamente la mía no fue la excepción, y  con cariñosa nostalgia mantengo en mi recuerdo a Quique y Nando, como los llamábamos en vida. Más de una vez descubrimos triunfos, que  sólo eran victorias pírricas. 

Por cierto, estos personajes no son privativos del seno familiar, también los tenemos incrustados en cualquier espacio público o laboral. Pero sus vuelos son de alta envergadura, no travesuras como las de Quique y Nando. Son sujetos que brotan de la nada, con presunta “gloria”, ante la falta de verdaderos líderes. También doy cuenta y lamento cómo otros que, aprovechando aguas turbulentas, se la ingenian para sacar sin escrúpulos  provecho personal por la vía de la extracción mañosa de costosos insumos, cuyas ganancias conocen pocos y la industria.

Cual carrera de estafeta, estas ovejas negras institucionales buscan mensajeros a modo para acallar la verdad; pero, cuidado, recordemos que se puede engañar a pocos mucho tiempo o a muchos poco tiempo. Si de la actitud de  servicio hablamos, recientemente fuimos enterados de cómo, con descaro y presea en cuello, presumen de su docto e imparcial actuar, mientras limitan y segregan a dolientes que califican de segunda para no darle todos los beneficios y atención oportuna.  

Me preocupa hasta dónde arriesgan aquellos que cotidianamente intentan hacer las cosas bien de forma honesta, con el único afán de servir sin sesgos, mientras notoriamente la balanza se inclina hacia los encumbrados en áreas comunes. Quienes hacen el trabajo fuerte nunca claudican y a éstos le temen los innombrables, que se tambalean dentro del mundo mediatizado.

También tenemos ovejas negras, con perfil de perdonavidas, muchos allende fronteras, enviados del “olimpo”, con actitudes misóginas, que se enorgullecen de sentar en la silla de acusados a inocentes... ¿Alguna semejanza con sistemas judiciales de otrora época? ¡Muy lejano a los avances del aventajado YUCATAN !

Hay Quique, Quique, así le decía mi abuelito a mi tío, ponte a trabajar s y deja de “fregar a tus hermanos”... No busques cómo dejarlos mal, porque yo se lo que cada uno hace. 

Es necesario que todos evitemos afanosamente buscar la paja en el ojo ajeno. Hay que erradicar el servilismo y la corrupción que envilece al “impotente mental”. Repite todos los días: “Todos somos iguales y sólo la unión  por el servicio, fortalece nuestro ser y existir”.

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