Una semana muy intensa la que terminar hizo, primero el xix del caso de los atletas que no pueden competir con el uniforme ni representando a México; no se me hace justo que problemas políticos afecten los deportivos, pero va todo mi reconocimiento y admiración para mi paisano Rommel Pacheco, campeón en clavados, mmmmm mejor digo en trampolín porque eso de clavados se oye feo, capaz que se apuntan más de dos y son siete años de mala suerte y todavía debo tres, pero desde aquí mi reconocimiento, insultao si miento, para el Yucateco de Oro. 

Mare ojalá que Rommel no le haya ganado la medalla a un gringo porque más nos va a odiar el chelito Donald Trump, ¿será pariente del pato?, del pato Donald, porque en gringolandia se está poniendo buena la cosa, el martes en las elecciones ganaron el chel y la Hilary Clinton, lo que da a entender que entre ellos van a pelear la presidencia del país más poderoso del mundo.¿Será que esta vez sí se le haga a doña Hilary? Por si las dudas, don Bill Clinton ya está ensayando en su sax la canción de juguito de piña, para tocar en el festejo. La verdad me daría mucho gusto, el mundo no necesita un ser tan intolerante y homofóbico como Donald Trump; todavía hace poco sacó gente de un evento por manifestar sus inconformidades y él preguntando: ¿son mexicanos? Qué triste y es el país con más libertad de expresión, mare tengo mis dudas. Y hablando de lo que carece Trump, educación, mare que sale don Nuño a decir que más de 3 mil maestros serán dados de baja por no presentar el examen y esas bases se le darán a maestros que presentaron. Uno se pregunta: ¿será que el sindicato que los orilló a no presentar les va a dar chamba? O simplemente si te vi… no te conozco, lo que pasa por no presentar un examen, una sopa de su propio chocolate, masinó.