Para ahorrar: cola sin cafeína

¿Es realmente un grave problema o una tragedia nacional que el ciudadano haga conciencia?

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Una bebida azucarada está compuesta básicamente de un jarabe de sabor, azúcar, agua y conservadores. A las más importantes se les incorpora dióxido de carbono para darles efervescencia. Forma parte de la canasta básica de los mexicanos. 

Según el Comité de Expertos para la elaboración de las “Recomendaciones sobre el consumo de bebidas para la población mexicana”, se considera a las elaboradas con azúcar y bajo contenido de nutrimentos en el nivel con mayor riesgo a la salud y representan la quinta parte de las calorías que ingiere un mexicano.

México es el segundo lugar mundial en consumo promedio de gaseosas con 13.5 litros mensuales. El gusto nacional ha hecho de los refrescos una necesidad cultural para acompañar sus alimentos o aliviar la sed. 

La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas comenta que el nuevo impuesto tendrá un fuerte impacto en 800,000 tienditas donde la venta de estos artículos es uno de sus principales ingresos y la pérdida de 10,000 plazas laborales en el corto plazo.

 ¿Pero quién habla de la decisión y criterio del consumidor para modificar hábitos y optar por instancias saludables y nutritivas?  Pensando en el usuario, ¿es realmente un grave problema o una tragedia nacional que el ciudadano haga conciencia y prefiera evitar los que contienen azúcar o cafeína? 

Por ejemplo, el contenido de este  psicoactivo alcaloide en refrescos derivados de la nuez de cola en la presentación de 330 ml equivale 1.5-2 veces una taza de café filtrado, según se ve en la recopilación de informes de FAO, OCU (España) FAA (USA) y EUFIC/FACU en Europa recopilados por Javier Solas y José Luis Postado.

De tal manera, si de lo que se trata es de no impactar y abaratar lo que actualmente se ofrece al mercado, se hace indispensable comenzar exigiendo a la Secretaria de Salud prohíba la adición de cafeína anhidra a bebidas carbonatados. 

De entrada se evitará la desafortunada ingesta y la exposición de niños y jóvenes a dicha droga desde temprana edad. Sería de esperar que al no añadir este estimulante del sistema nervioso y así evitar su costo habría reducción de precio, y la población no se vería afectada en su desembolso aun con el impuesto.

Actualmente en el vecino país del norte se venden refrescos de cola libres de este estimulante. Vaya biem.

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