Para Meade, el gas barato gringo es la mejor noticia
El gas de Texas es el más barato en todo el mundo y podría ser el gran detonador industrial desde Tamaulipas hasta Querétaro.
Hace unos días, en esta misma columna, hablamos de cómo en siete años Estados Unidos alcanzará su autosuficiencia energética y nosotros, vía Pemex, perderemos al hasta ahora mejor cliente para nuestro petróleo.
Ayer le pregunté sobre este tema al secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, no solo por su actual puesto en la cancillería, sino porque conoce íntimamente las carteras de Energía y Hacienda, que ocupó con anterioridad.
“Yo lo veo como una oportunidad”, me dijo, “porque los beneficios de tener acceso a gas más barato son mucho mayores que los de diversificar los mercados externos de Pemex, donde no tendríamos mayores problemas”.
Hoy el precio que estamos pagando por el gas importado es de 18.50 dólares por millón de BTU (es la abreviatura de la medida calórica british thermal unit y un millón de BTU equivale a 27.8 m3 de gas).
Estados Unidos, vía Texas, vende este mismo volumen a 4.56 dólares. Sí, cuatro veces menos de lo que pagamos hoy.
En cierta manera los roles se cambiarán: dejaremos de ser proveedores para ser clientes a unos precios que nos volverían altamente competitivos.
Para que este acceso a gas barato se dé, es necesario que se concrete una obra central: el ducto Los Ramones. Hace tres días, precisamente, se cerró el plazo para la licitación del tramo más extenso de este proyecto que conectará a Reynosa (Tamaulipas) con Apaseo El Alto (Guanajuato).
“El gas a los precios que los está ofreciendo Estados Unidos permite un gran desarrollo industrial para las manufacturas. Solo falta que esta inversión —de Los Ramones— se cristalice. Una vez lista, el potencial en detonar inversión en manufactura será muy importante”, agregó Meade.
El gas a poco más de 4 dólares que sale del corazón de Texas es el más barato en todo el mundo y podría ser el gran detonador industrial desde Tamaulipas hasta Querétaro, además de bajar los costos de todas las fábricas ya instaladas en este corredor.
Incluso se habla de la posibilidad de continuar con un gasoducto por el centro del país que permita luego ‘re’-exportar este gas tan barato a Centroamérica.
¿A quién le venderemos luego nuestro petróleo si ya Estados Unidos no lo necesita?, “sin duda, a Asia”, remató el secretario de Relaciones Exteriores, mostrando cómo cambiará radicalmente el mapa energético mundial a partir del abaratamiento del gas desde Agua Dulce, Texas, al resto del mundo.