¿Para qué nuevos partidos?

Como si no fuera suficiente el gasto oneroso que los contribuyentes tenemos que pagar a siete partidos políticos que poco o nada han contribuido...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Como si no fuera suficiente el gasto oneroso que los contribuyentes tenemos que pagar a siete partidos políticos que poco o nada han contribuido para construir una verdadera democracia en nuestro país, a partir de ahora tres nuevas organizaciones políticas cuentan con su registro y recibirán todas las prebendas y beneficios que el Instituto Nacional Electoral les concede.

A pesar de que el Movimiento Regeneración Nacional, Partido Encuentro Social y Partido Frente Humanista, cometieron diversas irregularidades como entrega de despensas, ofrecimiento de dádivas y militantes compartidos, el INE determinó otorgarles el registro, lo que de entrada demuestra que estas instituciones nacen con todos los vicios que sus antecesoras.

Pero la pregunta que se hacen los mexicanos, es si contar con tres nuevos partidos servirá para mejorar las condiciones de vida de millones que viven en la pobreza, permitirá que tengamos más democracia, habrá rendición de cuentas, se reactivará el empleo, tendremos  servidores públicos honestos o si todo seguirá igual.

La realidad es contundente: nos ha comprobado que contar con más partidos no es sinónimo de mejoría, al contrario, la sociedad tendrá que pagar sumas millonarias a las nuevas organizaciones políticas que se valdrán de cualquier triquiñuela para acceder al poder y aunque en principio estos tres partidos no podrán aliarse con otros para competir en las elecciones, no se duda que con el tiempo esa será uno de sus principales objetivos.

El único partido que cuenta con una buena base de militantes y simpatizantes es el Movimiento Regeneración Nacional, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, quien por supuesto, será el candidato a la Presidencia en el 2018; sin embargo, tampoco podemos afirmar que MORENA podrá revertir la imagen de corrupción que arrastra ante la opinión de la sociedad.

La historia nos indica que al llegar al poder, todos los partidos en México, cualquiera que sea su filiación ideológica, cojean del mismo pie: la corrupción que permea en sus entrañas, impidiendo que se conviertan en verdaderas organizaciones que luchen por el bienestar de la sociedad.

No es necesario ser politólogo para saber que cualquiera de los partidos hasta ahora registrados ante la autoridad electoral, no ha querido realizar reformas de fondo que permitan al país alcanzar mejores niveles de competitividad, fomentar el empleo, transformar las tristes condiciones sociales de millones de compatriotas, pero en cambio, sí han servido para la creación de nuevos millonarios amparados en el poder.

No es una buena noticia para México que haya tres nuevos partidos políticos, uno de ellos es producto de la escisión del PRD por reyertas internas y corrupción, en tanto los otros dos, al parecer surgende la más profunda intolerancia social y religiosa.

Con estos antecedentes, no hay mucha confianza de la sociedad en que habrá reales transformaciones democráticas en un país con 10 partidos, la mayoría un verdadero fiasco que sólo existen para hacer alianzas con los grandes y enriquecer a sus dirigentes de manera impune.

Estoy en desacuerdo con quienes desde una posición de poder, aseguran que con los nuevos partidos habrá más democracia, pues si todo se redujera a un asunto de cantidad, México sería la nación más democrática del mundo, pero sabemos que la realidad es muy diferente. Lo mismo decían cuando surgió el Partido Verde Ecologista y no tenemos mucho que analizar para darnos cuenta que sólo sirvió para enriquecer a una familia.

Diez partidos son una exageración que sólo se da en un sistema político como el nuestro, en el que todo es simulación, comenzando con una supuesta democracia que en realidad debe llamarse partidocracia, porque los beneficios son únicamente para las organizaciones políticas que aprovechan un menguado presupuesto, que debería utilizarse para mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos.

Lo más leído

skeleton





skeleton