El escenario de un proceso electoral muy competido no es nuevo para los partidos más emblemáticos en el Estado, PRI, PAN y PRD. El fenómeno se ha hecho evidente desde la víspera del año electoral federal legislativo 2015, y para ello panistas y perredistas se han dedicado a dejar entrever incisión al interior de sus banderías.

Ejemplo de lo que se considera el primer paso del PRI al 2015 con el cónclave en la VI Sesión de Instalación del Consejo Político Estatal recién efectuado en Chetumal, enmarcada con la dirigencia priista y sus sectores, integrando a 500 consejeros de todo el Estado.

El PRI va por los distritos electorales federales en el Estado, de por sí triunfador en el proceso intermedio pasado para elegir presidentes municipales y diputados locales en la misma entidad, y se apresta a conseguir lo mismo en el próximo año electoral

Es en esa misma práctica de unidad que contenderán los priistas en el 2015, lo que les ha permitido mantenerse como primera fuerza política en la entidad al aumentar su capital electoral.

A unos meses que formalmente se eche a andar la maquinaria electoral para los comicios federales del próximo año, ya destacan nombres y figuras tricolores que esperan ser nominados como interpelantes para buscar ocupar las curules en la cámara de diputados de San Lázaro.

A partir de la integración con la unidad en el PRI para impulsar a las diversas figuras que en forma de premonición e interpretación de los sonidos del silencio ya se mencionan a los que pudieran estar en la palestra tricolor, a los que ahora ocupan cargos de elección popular y en la función pública.

El PRI en el Estado cuenta con una alfaguara de distinguidos militantes para elegir a candidatos de peso, como los alcaldes norteños de Cozumel, Solidaridad y Cancún, Fredy Marrufo Martin, Mauricio Góngora Escalante y Paul Carrillo de Cáceres, además de los funcionarios,Fabián Vallado Fernández y Gabriel Mendicuti Loría y, con un toque distintivo en el trabajo legislativo, el diputado presidente de la Gran Comisión del Congreso del Estado, José Luis Toledo Medina.

También se ha llegado al análisis que pudiera salir del el tintero tricolor para el distrito federal electoral del sur-centro del Estado, al edil capitalino, Eduardo Espinosa Abuxapqui, luego de pasar ciertos altibajos también se estima a la diputada local, Arlet Mólgora Glover, junto con el presidente del CDE y también diputado local, Pedro Flota Alcocer.

En otro ejemplo, el ex alcalde chetumaleño, Andrés Ruiz Morcillo, quien a cielo abierto ha dicho que fija su intención para ser elegido, espera en la banca aspirando verse nominado por su partido tras cumplir con el triunfo en los comicios locales en otro tiempo electoral, cuando resultó electo presidente municipal de OPB y, desde entonces, ha mantenido la esperanza.

En su lucha por permanecer en el pastel, Andrés Ruiz no sólo ha recurrido al trabajo bajo el agua, sino a la realización de juntarse con el enemigo, que sin afinidad ideológica se le ha considerado que busca cobijo bajo la tolda del PRD de manera que contraria a la primigenia tricolor.

Un ejemplo de ello es lo que sucedió el año pasado en las elecciones intermedias en Quintana Roo. La cúpula perredista decidió buscar el triunfo en los distritos locales y en algunos municipios de la mano con el PAN, mientras concurrieron en campaña con una inexistente “alianza de facto”, lo que los ha llevado al fracaso.

Conducidos por integrantes de la dirigencia local del PRD, renegados perredistas no acep-taron ir de la mano con el PAN, provocando con ello un mal intestinal dentro de su bandería, por lo que en todos casos su partido cayó en el pragmatismo y, por ende, en las derrotas, por todos lados del Estado, por lo que todavía no se vislumbra por ningún lado armonía y que dicha práctica lleve a abandonar la aldea perredista