Pasa el toque

La prohibición legal de cultivar, transportar y consumir marihuana sólo beneficia a las 4 personas que interpusieron un amparo, y no tiene como efecto que cualquiera pueda cultivarla y fumarla.

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La Corte declaró inconstitucional la prohibición legal de cultivar, transportar y consumir marihuana para divertirse. Tratándose de la resolución de un amparo, sólo beneficia a las cuatro personas que lo interpusieron, y no tiene como efecto que cualquiera pueda cultivar la yerba y fumarla.

Tampoco deroga la ley que se opone a la Constitución, pues eso corresponde sólo al Congreso, ni impide que se detenga y procese a los fumadores. Es previsible, sin embargo, que en algún lugar quepa la sensatez, y las autoridades decidan dejar de perder vidas y dinero persiguiendo a quienes sólo se hacen daño a sí mismos, con el derecho que a ello les da la máxima ley del país.

Resulta notable, por otra parte, que el debate en torno a la cannabis se centre en cuestiones morales y de salud, y no involucre su aspecto económico.

Los Estados Unidos han presionado exitosamente para mantener la prohibición de la producción de marihuana en México. El Plan Mérida y las periódicas “certificaciones” al combate contra las drogas han sido instrumentos muy visibles de esta política.

Sin embargo, en más de veinte estados norteamericanos el consumo de marihuana es legal en distintas modalidades. Así, mientras el país del norte impone al nuestro no cultivar la yerba, ésta se cultiva y comercializa legalmente y con creciente intensidad allá.

Con el desbordado éxito comercial habido en Washington y Colorado tras su plena legalización, se desarrolla aceleradamente una industria marihuanera norteamericana. El futuro es evidente: rápida extensión de sus intereses; consolidación tecnológica, financiera y política para, finalmente, instrumentar la apertura de los mercados mundiales al nuevo producto, bajo su dominio comercial absoluto, resultado del duro proteccionismo que impulsa su desarrollo.

Toca a México defender sus intereses económicos, presionando por la apertura del mercado norteamericano de la droga, en consistencia con el TLCAN. Se trata de lograr el acceso a un millonario mercado en el que los mexicanos más necesitados, los agricultores, pueden competir exitosamente. En cuanto a lo moral, más daño causa el alcohol -nunca nadie ha muerto por sobredosis de marihuana- y nadie plantea prohibir la exportación de cerveza. Si los gringos ya decidieron fumar mota, seamos gentiles cuando nos piden “pasa el toque”.

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