Patética situación económica del sur

El sur del estado de Quintana Roo registra un verdadero vía crucis para sobrevivir económicamente...

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El sur del estado de Quintana Roo registra un verdadero vía crucis para sobrevivir económicamente, lo aseguran las familias, los tenderos, los comerciantes, los empresarios, los políticos y toda la sociedad chetumaleña.

Los aumentos a los precios, inmisericordes, empezando por la gasolina y el IVA del 16 por ciento, junto con otros factores como el desempleo y el escaso turismo, han mermado a tal grado el ingreso familiar que algunas situaciones son realmente trágicas y otras tantas lamentables.

Sin embargo, y sólo por poner un ejemplo, a nivel de restaurantes que es uno de los sectores más golpeados, no se ha visto que los restauranteros impulsen una decidida estrategia con miras a la recuperación de su clientela con bolsillos cada vez más exiguos.

Y lo digo por esto, mire usted: a principios de febrero estuvimos en Campeche, mi amiga, su nieta y yo desayunando en el restaurante “Marganzo”, uno de los más típicos de la denominada “Ciudad Amurallada”. Después de esperar varios minutos a que nos dieran mesa, ordenamos, fruta, café, jugo, dos órdenes de huevos y unos ricos chilaquiles. Sin embargo, al pagar la cuenta me enteré que los jueves la comida de la carta está a mitad de precio, y con la respectiva factura.

De igual forma, en Cancún en días recientes me invitó un compañero a comer a un restaurante de las cadenas más renombradas internacionalmente, como es el Italiannis. Escuche bien respetable lector en el Italiannis de Cancún, pedimos una ensalada campesina y agua fresca de sabor, pusieron en la mesa pan, y aderezos para untar, fue lo suficiente para quedar satisfechos, una comida saludable para sesentones, y pagamos la cantidad de 238 pesos, con su respectiva factura.

En Chetumal, también en días pasados esperando una cita, mi hijo y yo entramos a un restaurante, y pedimos dos jugos de naranja, dos cafés y un vaso con agua, y nos cobraron 198 pesos; solicité factura y me dijeron que si me la daban pero que pagara el IVA aparte.

Ni qué decir de los restaurantes de Calderitas donde te ofrecen en una sartén el pescado crudo y que ves con un precio en la carta y cuando te dan la cuenta te dicen que el precio te aumentó al doble porque ya está preparado con guarnición, pero además no dan factura.

Aunque las comparaciones son odiosas, una que anda para arriba y para abajo, tiene necesariamente que hacerlas por varias razones, primero por la calidad del servicio y en segundo lugar, por la enorme diferencia en los precios.

Qué pena que los empresarios restauranteros no hayan tenido hasta ahora la creatividad para emprender un plan de rescate o sobrevivencia en este giro, y que pena con los empleados que son los que sufren las consecuencias ya que con sus menguados salarios y propinas deben mantener a sus familias.

Muchos empresarios del sur de la entidad se acostumbraron a facturar eventos del gobierno del estado, así como a ser favorecidos por sus amistades que tenían en éste, pero parece ser que esa situación, al igual que las importaciones, se terminó. Pero ellos los empresarios parecen no entender que estamos viviendo otros tiempos y que deben de contar, por lo menos con un plan B si es que desean dejar atrás esta época de crisis.

Algunos de ellos manifestaron que las condiciones económicas de la capital del estado y de toda la región sur son las más graves desde la caída de las importaciones, lo que les hacía prever que la llamada “cuesta de enero” se prolongaría a lo largo de todo el primer trimestre.

Jorge Marzuca Ferreiro, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, refirió que el poder adquisitivo de la población se ha venido abajo por la implementación de políticas económicas erróneas, entre ellas la ausencia de apoyos a los empresarios foráneos para el establecimiento de grandes plazas comerciales, donde se concentren todos los bienes y servicios que antes prestaban los capitales locales.

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