Dos coincidencias de fondo tienen la cúpula perredista y el empresariado nacional: Pemex no debe “privatizarse”.

Es hora, dijo el presidente del CCE, Gerardo Gutiérrez Candiani, de superar “el mito” de un “nacionalismo petrolero asfixiante”, y permitir inversión privada hasta por 300 mil millones de dólares.

Para Cuauhtémoc Cárdenas, la única inversión permisible sería en petroquímica.

La otra convergencia es que demandan para Pemex “autonomía de gestión”.

Dijo Gutiérrez Candiani: “Queremos empresas públicas modernas y eficientes que puedan participar en una fórmula ganar-ganar…”.

Lo que ahora está fuera de lugar es que el dirigente del PRD insista en “exigir” y “emplazar” al gobierno federal a presentar “su propuesta”, toda vez que el único proyecto de reforma energética que llegará al Congreso (el presidente Enrique Peña Nieto así lo ha comprometido) será el que se acuerde en el Pacto por México… ¡suscrito por el propio Jesús Zambrano!

Así las cosas, el debate que demanda el PRD tiene tanto sentido como polemizar sobre el sexo de los ángeles.