¿Penitencia o diversión?

Si colaboramos todos, este período vacacional puede tener saldo blanco.

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La Semana Santa y la Pascua son las celebraciones con que culmina la Cuaresma que está originalmente concebida por la Iglesia Católica como un período de penitencia y ayuno para conmemorar la crucifixión y resurrección de Cristo, aunque lo más probable, como sucede con la Navidad, es que también haya sustituido celebraciones anteriores a la instauración del catolicismo como religión oficial del Imperio Romano.

Y a pesar de que todavía esa celebración es la que justifica nominalmente el lapso vacacional de estos días, su conmemoración ha perdido la rigurosidad de antaño que obligaba a la penitencia, el ayuno, la vigilia y la abstinencia de la carne y los placeres para derivar en la, por cierto, sana costumbre de comer pescado y en algunos casos productos de las aves y comida vegetariana por lo menos todos los viernes de Cuaresma.

Lo cierto es que muchas familias de todo el orbe aprovechan las vacaciones para convivir. Los yucatecos generalmente preferimos, dado lo extremoso del clima en esos días, ir a la playa, al puerto decimos, sea Progreso, Chelem, Chicxulub, Celestún, Sisal, Chuburná, Telchac Puerto, San Crisanto, Santa Clara, Dzilam Bravo, San Felipe, Río Lagartos o Holbox, lo que se elija de acuerdo con la cercanía, el espíritu de aventura, o la capacidad económica. Otros prefieren visitar Cancún, Playa del Carmen, Mahahual y, los más pudientes,  destinos nacionales como Acapulco, Puerto Vallarta, los Cabos o de plano el extranjero.

Sin embargo, estos tiempos primitivamente destinados a la reflexión religiosa pueden derivar en que la gente caiga en excesos, que se dan en los dos extremos, sea por que asumen una actitud epicúrea o también por fanatismo religioso, como sucede con las crucifixiones en las Filipinas, con la representación del Drama del Calvario en Ixtapalapa y con los flagelantes de Taxco, donde se dan tales muestras de sadomasoquismo que, tengo la certeza, no pueden ser del agrado de Dios, por lo menos del que proclama la religión del  Amor.

En Yucatán también se recrean este tipo de representaciones que espero que las autoridades religiosas las mantengan lejos de tales excesos.

Y aunque lo recomendable es procurar no caer en excesos como el de la bebida, lo más importante es que se pueda evitar que salgan lesionadas, por esta causa, terceras personas, por ello es necesario que los conductores adquieran conciencia de que no deben manejar en estado inconveniente. Para ello se implementó un operativo conjunto de las autoridades policiales que inciden en nuestro Estado.

Es importante que quienes disfrutamos de nuestras bellezas naturales, como nuestras playas, cenotes, zonas arqueológicas y parques, contribuyamos a su conservación evitando tirar basura en ellas. Si colaboramos todos, este período vacacional puede tener saldo blanco, tanto en accidentes como en deterioro ambiental.

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