Más que conmover, provoca pena ajena constatar la facilidad con que ciertos medios y ciertos periodistas mexicanos se tragan cuanta información chatarra se publica en países menos subdesarrollados.

Ayer, The Guardian, uno de los principales diarios de Gran Bretaña (presume de ser el quinto más consultado por internet), se disculpó de manera tácita con Televisa al aclarar que no confirmó la autenticidad de documentos que publicó para sustentar la vacilada de que la empresa de Emilio Azcárraga fabricó la candidatura y prácticamente impuso a Enrique Peña Nieto en la Presidencia.

Tal tontería fue originalmente difundida en México por un semanario carroñero y el rotativo inglés la retomó a lo güey.

Ayer también, Reforma, El Universal y La Jornada se comieron otra patraña, ésta del New York Times, con la afirmación de que el gobierno estadunidense puso tache a un divisionario sin tacha, el general Moisés García Ochoa, por dizque tener ligas con el narco, lo cual fue pronta y categóricamente negado por el Departamento de Estado.

¿Cuántos lectores de las insidias también se las tragarán?