Ayer se iniciaron las conferencias satélite, preámbulo de la 20a. Conferencia Internacional de Sida 2014. 

Reportes de Onusida (2014) señalan que del estimado de 35 millones de personas que viven con VIH, 19 millones lo desconocen. 

Igualmente se reporta que el número de infecciones ha permanecido estable y que se podrá controlar esta epidemia en el 2030. 

Sin embargo,  uno de los principales obstáculos para el control del VIH/sida es la discriminación y no todo son buenas noticias, ya que diversas situaciones matizan e imprimen gran complejidad a esta epidemia. 

Ha habido información, se han trabajado modelos de cambios de comportamiento para que de manera individual se adopten medidas de protección, pero no es tan fácil, lo que ha llevado a una especie de relajamiento de las medidas de prevención (Milenio Novedades, 19-julio-2014).

El “optimismo terapéutico”, esto es que, ante la disponibilidad de nuevos y mejores medicamentos contra el VIH, algunas personas la ven como una enfermedad crónica y manejable, reduce la preocupación de contraer el virus. 

Esto se ha reforzado con la profilaxis pre-exposición, en la cual se toman medicamentos antirretrovirales (para el control de la infección por VIH) ante una práctica sexual de riesgo, la cual aun cuando debe ir acompañada del uso del condón, no siempre se realiza. 

Está también  la subcultura sexual denominada “barebacking”  (“montando a pelo”), en donde entre hombres se busca tener sexo anal sin condón. 

A ello se suma el hecho de que entre hombres se busque tener relaciones con alguien que tenga el mismo estatus de VIH, o sea ambos VIH positivo o ambos negativos y la “seguridad negociada”,  acuerdos en el uso del condón, o el “posicionamiento estratégico”: ser quien penetra o es penetrado, dependiendo del estatus de VIH.