Los partidos políticos han asumido actos a manera de prerrogativas que acusan ilegalidades y que atentan contra los derechos de los ciudadanos y las instituciones; tal es la forma en que se arrogan la facultad de manchar los edificios públicos así como el equipamiento gubernamental para prestar servicios a la población que por la vía de los impuestos y productos financia el salario o dietas de los servidores públicos,

Con frecuencia observamos que los edificios, vehículos automotores y equipamiento urbano, mobiliario,  que son patrimonio público, de la sociedad gobernada o representada por los diputados federales o estatales, senadores y regidores de los ayuntamientos, son pintados con los colores del partido que triunfa.

Esto se ha hecho una costumbre que la sociedad ve con naturalidad, pero ¡no!, no es derecho ni prerrogativa contemplada en ley del caso, sino un abuso de autoridad que de esa manera pretende mantener la vigencia de un partido como propaganda política que cuesta al erario.

Ahora están embarrando los edificios con los colores azul y blanco, que no tienen nada de subliminal y ocasionan un gasto permanente y costoso; no basta un periodo de cinco años siete meses de abusos, atentados contra la libertad de expresión, de intervención de líneas telefónicas privadas sin la autorización como marca la ley, de mirar vehículos pintados tricolores en un programa de basura por alimentos, que volvió la necesidad y hambre de los desprotegidos en pepenadores, en que lo único que carecía de colores partidistas, era los de numerosos y lujosos vehículos de escoltas.

¡Ya basta!, no creen que ya hemos tenido suficientes agravios y afectaciones durante los años de priismo en el poder, que en los ayuntamientos donde triunfó la oposición al PRI pintaron con sus colores partidistas.

El hartazgo, la burla y el estado de derecho vulnerado por más de 41años llevó a la ciudadanía a en un acto de valentía o pérdida de miedo, a votar por un cambio de autoridad y de actitud, misma que hasta el día de hoy está pendiente de realizarse, que es pronto todavía para encabritarse y que generosamente debemos dar un plazo razonable, pero que tampoco estamos para sufrir abusos de externos que no conocen a nuestra Entidad ni a nuestra gente.

Se está esperando la elección de 2018 para que lo hoy violado sea revertido y la sociedad recupere su status social, jurídico, electoral, laboral y económico o quizás solo sea otra nueva esperanza del mexicano en todas las entidades con Andrés Manuel López Obrador, el peje; Los dados están en el cubilete, los Partidos Políticos pueden enmendar sus errores y recuperar algo de lo que exige un estado democrático que empieza desde la pinta que hacen de nuestro patrimonio y… ¡AL TIEMPO!