Pisa, una visión parcial de la educación

En cada evaluación el examen se centra en una de las competencias básicas, este año fue en las matemáticas.

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El martes 3 se publicaron los resultados del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes, conocido como el informe Pisa, que evalúa a más de medio millón de estudiantes adolescentes de 15 años en 65 países. El programa pertenece a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y los países evaluados abarcan cerca de un 80% de la población mundial. Las evaluaciones se centran en tres competencias básicas: matemática, ciencias y lectura, con la particularidad de que más que evaluar los conocimientos, intentan evaluar lo que los alumnos saben hacer con los conocimientos que han adquirido.

En cada evaluación el examen se centra en una de las competencias básicas, este año fue en las matemáticas y el primer puesto fue ocupado por una de las principales ciudades chinas, Shanghái, con 613 puntos, 119 puntos por arriba del promedio; en segundo lugar se ubicó Singapur (573 puntos); en tercer lugar quedó Hong Kong (561),  seguido de Taipéi (560), Corea del Sur (564), Macao (538), Japón (536), Liechtenstein (535), Suiza (531) y en décimo puesto Holanda con 523 puntos.  Finlandia el país considerado el número uno en materia educativa bajó su puntaje en los tres aspectos evaluados pero continúa entre los primeros doce.

Los países latinoamericanos tuvieron unos de los más bajos desempeños en la prueba: en el lugar 51 se encuentra Chile con 423 puntos, lugar 53 México (413 puntos), lugar 55 Uruguay (409), lugar 58 Brasil (391), lugar 59 Argentina (388), lugar 62 Colombia (376), Perú destacó por ser el último lugar en cada una de las tres áreas evaluadas. En el caso de México las evaluaciones lo ubican en el lugar 53 en matemáticas, 52 en lectura y 55 en ciencias, aunque los resultados de México señalan una mejoría con respecto a la anterior evaluación, el mismo informe concluye que de mantener las tasas de mejora actuales al país le llevaría 25 años llegar a los niveles promedios de la OCDE.

A pesar del prestigio de los informes de Pisa, existen diversas críticas hacia sus resultados, algunas señalan la dificultad de comparar mediante preguntas de un examen la diversidad de historias y tradiciones tan diversas; investigadores como Thomas Popkewitz, de la Universidad de Wisconsin-Madison, señalan la enorme dificultad o casi imposibilidad de traducir en preguntas y resultados numéricos esa medición de competencias, también se critica que los resultados no señalan las causas de las diferencias entre los países; algunos señalan que Pisa evalúa tres áreas pero muchas otras no son evaluadas.

La metodología también es cuestionada, ya que si el área evaluada es matemáticas, todos los estudiantes son evaluados en ella, pero sólo la mitad en ciencias y la otra mitad en lectura, por lo que no todos los estudiantes son evaluados en todas la áreas y sí reciben una calificación en todas ellas ya que la prueba no genera evaluaciones de cada individuo, sino que calcula las evaluaciones admisibles para cada estudiante por medio de un modelo estadístico denominado Rasch. El profesor Svend Kreiner, de la Universidad de Copenhague, señala la necesidad de que todos los alumnos respondan las mismas preguntas para que la evaluación funcione adecuadamente, ya que actualmente no se hace de esa manera.

Un aspecto fundamental no considerado por Pisa es que no sólo es necesario el conocimiento y el saber utilizarlo, sino usarlo en beneficio del individuo y de la sociedad; la evaluación de Pisa no garantiza de ninguna manera y a ninguna sociedad que dichos saberes serán utilizados para el óptimo desarrollo social. Entrando en el terreno de los fines de la educación habría que aclarar que las adquisiciones de las competencias matemáticas, de ciencias y lenguaje no garantizan a ninguna sociedad que éstas serán utilizadas para el bien, por lo que no pueden servir de parámetro para determinar qué sociedad se desarrollará más y mejor. 

Después de que se hicieron públicos los resultados de Pisa, el secretario de educación, Emilio Chuayffet Chemor, declaró que habrá cambios en el modelo educativo y se reforzará la educación normal. Pisa es un instrumento útil que puede servir para ayudar a establecer un análisis más completo de la realidad educativa en el mundo, pero pretender identificarla como la guía máxima para establecer políticas por parte de las autoridades educativas de cada nación es un grave error en el que no se debe caer.

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