Hoy vamos a comentar el resultado de la reunión sobre Calentamiento Global COP 21, realizada en París, Francia, la semana pasada.

La pregunta que surge es: ¿el acuerdo es lo mejor de los últimos tiempos? Sepan amigos que se reunieron los representantes de 195 países y lo principal fue, en pocas palabras, poner como máximo un tope de 2°C al aumento de la temperatura para fines de este siglo, pero cuidando y realizando un esfuerzo máximo para que los termómetros a nivel mundial no suban más de 1.5°C en comparación con la era preindustrial.

Lamento decirles que ha llevado más de 20 años al mundo llegar a un acuerdo para frenar el calentamiento global. Otro aspecto a resaltar es el de limitar la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos por la actividad humana, tratando de que estén al mismo nivel en que árboles, suelo y océanos puedan absorberlos en forma natural, y revisar cada 5 años la contribución de cada país para reducir las emisiones, de manera que se pueda ir incrementando esta reducción.

Todo esto se oye muy esperanzador y muy halagador, pero ¿cuál es la realidad?: que son sólo promesas y hay algo contra estas medidas: el petróleo se sigue abaratando y eso hará que el combustible fósil se queme más y los países desarrollados no darán dinero para buscar otras alternativas de hacerse de energía a los países en desarrollo y pobres, ni tampoco apoyarán a países que ya están sufriendo los efectos del calentamiento global con inundaciones o sofocándose por el calor; al contrario dejaron al mundo a merced de los cambios climáticos que cada vez serán más severos y de encima se dieron como una especie de permiso para seguir quemando combustible fósil, contaminando más al planeta y dando a entender que todo queda en promesas falsas. Amigos, el planeta tierra está triste y nosotros que vivimos en él padeceremos en serio esa tristeza. Pronto lo veremos.