¿Podrá Cué con lo que viene?

Su estrategia de darles atole con el dedo a los disidentes del magisterio en su estado ha funcionado.

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El gobernador de Oaxaca no sabe hacer cálculos políticos y, como consecuencia, el vendaval que podría enfrentar en los próximos días, semanas y meses amenaza con ser devastador para su administración y para la reputación de los gobiernos de coalición.

Hasta ahora su estrategia de darles atole con el dedo a los disidentes del magisterio en su estado ha funcionado, pero solo como una táctica para retrasar una reacción de la CNTE, que se ve distraída con la promesa de una reforma educativa hecha a la medida de los intereses de los maestros sin enfrentar la realidad: la reforma es constitucional y no habrá manera de tropicalizarla para evitar las acciones violentas por parte de los mentores radicales y, con ello, la pérdida de una buena cantidad de votos para sus propios intereses. Y ese será únicamente uno de los problemas que tendrá en el primer semestre del año.

Gabino Cué cuenta con menos de tres meses para recomponer, en la medida de lo posible, el camino hacia las elecciones del 7 de julio, proceso en el que ya cuenta con una acusación de intentar imponer candidatos.

Sin duda ese señalamiento es el inicio de una guerra sucia rumbo a los comicios, pero no puede escaparse de la vista el hecho de que se trate de un mandatario que ha tenido cada vez más problemas para manejar su entidad. Y no solo eso, sino que apenas ayer se volvió a tambalear su estructura con la renuncia de Jesús Martínez Álvarez, el secretario de Gobierno.

En una carta dirigida a Cué, Álvarez explicó los motivos de su separación del cargo. “Una y otra vez he podido constatar que asuntos que ya se debieron haber resuelto y otros que están en proceso de solución son reactivados por intereses internos”, afirmó el hoy ex funcionario, quien, además, dijo que no lo dejaron trabajar en sus funciones y que el gobernador merecía tener a su lado a alguien a quien en verdad le tuviera confianza.

Si Gabino Cué no tiene fe en su gente, si no puede actuar firmemente aunque eso signifique la reacción de los radicales de la CNTE, si se le vienen encima las elecciones... ¿Podrá con el segundo semestre del año, cuando hayan pasado las votaciones y, tal vez, no salga tan favorecido como lo había pensado cuando ganó la gubernatura por la coalición Unidos por la paz y el progreso?

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