¿Por qué Quintana Roo no tiene su Ensenada?

El Valle de Guadalupe, en Ensenada, Baja California, es la tierra donde se establecieron en 1906, 400 familias de emigrantes rusos pertenecientes a la secta Molokán.

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El Valle de Guadalupe, en Ensenada, Baja California, es la tierra donde se establecieron en 1906, 400 familias de emigrantes rusos pertenecientes a la secta Molokán, donde algunos de ellos siguen dedicándose a sembrar vid, olivos, dátiles y otros cultivos, con lo que renace la historia del vino en el lugar. 
 
Y que a mitad del siglo pasado, debido a las crisis, solo pudieron sobrevivir las grandes empresas, y a partir de los años noventa suman más de 50 empresas vitivinícolas que transforman los campos de vid en una postal para la memoria, para la esperanza.
 
Desde el Valle de Guadalupe, el estado que al igual que Quintana Roo tiene hoy 38 años de ser estado, y donde se producen los mejores vinos de este país, una no tiene más que agradecerle a la vida porque nos permite abrir los ojos y darnos cuenta que este país no avanza sólo por dos cosas: la corrupción y la ceguera institucional, coincidimos aquí periodistas de Diez Comunicación.
 
Reunión de trabajo para planear el próximo año en la casa maravillosa de Adobe Guadalupe, con la anfitriona Tru Miller, hasta donde nos trajo Martha Eugenia Dávila, una excelente periodista mexicana especializada en turismo, y debo decir amiga de muchos años. 
 
Don Miller y su esposa, una lingüista de Holanda, Tru, llevó a cabo un sueño originándose de una tragedia. Pues el hijo de Tru, Arlo, había estado fascinado toda su vida en todos los aspectos con la cultura mexicana, pero 10 años atrás de esta fecha, Arlo falleció en un accidente.
 
Y desde entonces ha sido tanta la dedicación del matrimonio por producir vinos de alta calidad en memoria de su hijo que hoy se encuentran entre los más cotizados no solamente del Valle de Guadalupe, sino de México. 
 
Imposible no comentar lo que ahora admiro, que quisiera que el país completo estuviera así de desarrollado, como dice la frase común, “un país floreciente”. Lástima que los políticos, que no la política, lo echan a perder y hacen que florezca lo peor. Lo único que sé, es que lo que aquí se planea para el año 2013, a través de Diez Comunicación y que ha de salir muy bien.
 
Otra Leyenda
 
Don Ángelo Cetto, a inicios de 1920, dejó su nativa Italia y se estableció en Tijuana. El segundo hijo de Ángelo, Luis Agustín, heredó la pasión igual que su padre en la fabricación del vino y comenzó agresivamente a expandir la distribución de los vinos Cetto, que ahora han crecido en varias mezclas y estilos.
 
Y desde aquí, “a la mitad de ningún lado”, podemos decir que las palabras se las lleva el viento y eso sucede cuando los discursos no son sustentados con hechos. Esa es la diferencia entre el norte y el sur, entre esta Baja California y Quintana Roo.
 
Aquí presumimos los 20 millones de turistas al año que visitan las playas del Caribe,  contrastando con nuestra triste realidad, pero sabemos que existen el Cancún de primera, el de segunda, hasta llegar al de quinta, y lo que social y políticamente implica la abismal diferencia.
 
El desarrollo hoy se ve más lejos para los indígenas mayas por aquel proyecto en el que se les utilizó para endeudar al estado con 60 millones de dólares Hidroponia Maya, que a 10 años de haber sido anunciado como “la panacea” para el desarrollo de los mayas, hoy es algo parecido a basura. 
Pero Hidroponia Maya es sólo un ejemplo, porque están los corredores frutícolas, los chileros del sur, los sandieros, el proyecto lechero de Bacalar y los papayeros del oeste, todos  onvertidos en cuasi fracaso.
 
Según el informe presentado del Imco y diario Reforma en la Ciudad de México por Juan Pardinas, director general de ese instituto, de 2008 a 2010 Quintana Roo pasó del sexto al  último lugar en el subíndice de economía y finanzas públicas, además de perder 10 lugares en el subíndice de sistema político estable y funcional, donde pasó de la posición 20 a la 30.

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