Por una democracia de resultados

Hoy en México existe una democracia aceptable y libertad. Pero sigue existiendo un grave sufrimiento: miseria económica y miseria política.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Peligrosa crisis la que vive México. Quizás mucho más grave que las que le antecedieron en su historia reciente.

Hace poco más de dos décadas nuestro país vivía inmerso en lo que hasta cinematográficamente hoy se llama “dictadura perfecta”. Un autoritarismo que ocasionó sufrimiento, miseria económica y opresión política.

A partir de entonces, con valor y valores, los mexicanos optaron por la vía pacífica para revertir la situación y recuperar su libertad a través de la democracia que arrojara bien común y justicia.

Hoy en México existe una democracia aceptable y libertad. Pero sigue existiendo un grave sufrimiento: miseria económica y miseria política. Esta última es en concreto la inseguridad, la corrupción y la impunidad.

La mayor gravedad estriba en el hecho de que hoy existe en el mexicano decepción, incredulidad, desesperanza, desesperación. Tenemos un gobierno ineficaz con las peores calificaciones ciudadanas; pero los liderazgos alternos (partidos de oposición, liderazgos empresariales y sociales) no “cantan mal las rancheras”. Ninguna frase define mejor el sentir popular que aquella que a diario escuchamos: “Todos son lo mismo”.

Es urgente que, si existe un mal gobierno, existan buenos liderazgos en la sociedad. No los habrá si los liderazgos empresariales enamorados de buenas reformas económicas cierran los ojos y guardan silencio ante la corrupción y la impunidad. Tampoco si los liderazgos sociales no articulan mejor su actuación. Y menos si los partidos demócratas siguen con sus concupiscencias diarias y si de ellos no emanan propuestas concretas y liderazgos con valores vinculados a la sociedad.

Recordemos que la falta de resultados y de opciones mata la esperanza y son el peor enemigo de la democracia y la política. De ello se nutren la violencia, el radicalismo, el populismo, el desorden y la abstención ciudadana. Reflexionemos y actuemos en consecuencia.

Lo más leído

skeleton





skeleton