Por una Mérida de convivencia

El futuro de Mérida se merece un golpe de timón que la conduzca a convertirse en una ciudad con los espacios urbanos

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El pasado fin de semana concluyó, con un resultado exitosísimo, especialmente en cuanto a asistencia, la anual Feria de X’matkuil; el número de visitantes superó las expectativas, a pesar de que durante sus tres semanas de duración tuvimos días atípicos, de frescos a muy frescos, algunos incluso con lluvia. Junto con el carnaval y los partidos de los Leones en el Kukulcán, la Feria es uno de los espacios de verdadera convivencia entre toda la sociedad, en una ciudad en la que desafortunadamente los equipamientos y los eventos para que esto ocurra son escasos.

Como hemos dicho, el futuro de Mérida se merece un golpe de timón que la conduzca a convertirse en una ciudad con los espacios urbanos necesarios que permitan urdir un tejido social de intercambio y convivencia, con equipamientos adecuados y bien ubicados, accesibles y limpios, seguros y bellos.

Hemos señalado que los espacios de convivencia son equipamientos indispensables en las ciudades que aspiran a una mejora continua en todos los aspectos de su vida diaria, espacios con acceso para todos, espacios con una seguridad implícita, definida por la propia convivencia.

Una de las principales virtudes de la convivencia ciudadana en espacios públicos, como los parques urbanos y las plazas públicas, incluso en sus calles y sus aceras, es su influencia e incidencia en la innovación y la creatividad de la sociedad en su conjunto, derivada del intercambio de experiencias y de la observación.

No hay ciudad más insegura que la que tiene sus calles y espacios públicos vacíos; recuerdo que hace 14 años, en un recorrido de las obras de rescate de uno de los barrios más antiguos de Lisboa, fuimos invitados a visitar una casa para ver como se apoyaba también en las viviendas; la casa era muy pequeña, de menos de 35 metros cuadrados; quien estaba a mi lado comentó “No se cómo pueden vivir aquí”, a lo que la señora de la casa nos contestó: “Aquí comemos, dormimos y vamos al baño, la vida es afuera”.

El papel de los espacios públicos es vital en el desarrollo social; todos debemos impulsar y velar por su mejora continua, y colaborar en su mantenimiento y conservación; convivamos todos hacia una mejor sociedad, vivamos en una mejor Mérida.

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