Ajeno a su realidad política que le impide jugar en las grandes ligas, Gustavo García Bradley de golpe y porrazo dejó tirada la chamba como Oficial Mayor del Congreso del Estado.

 

El ex diputado local del PRI quería meterse de lleno en la batalla por la candidatura a la alcaldía capitalina, exigiendo el respaldo de su protector, el presidente de la Gran Comisión del Congreso, Eduardo Espinosa Abuxapqui. 

 

El arrebato hormonal demuestra de qué está hecho quien fue Tesorero en el Ayuntamiento capitalino, precisamente en el trienio de Abuxapqui, quien en todo caso maniobraría en su provecho.

 

Recordemos que en 2005 el hombre del portazo intentó ser candidato del PRI a la alcaldía de Othón P. Blanco, pero el dedazo favoreció a Cora Amalia Castilla Madrid, por lo que Bradley fue candidato a diputado local en dicho proceso electoral.

 

Bradley debe comprender que el PRI no está para jugarretas de ese calibre, como la  improvisación de su candidatura equivalente a dejar por la paz la batalla electoral en esta demarcación.

 

El berrinche de Bradley demuestra la estatura política de un hombre que fue incapaz de comprender el desafío que enfrenta su partido, ya que se las verá negras en esta contienda por la catástrofe que ha dejado en la lona a un Ayuntamiento capitalino, que recibiría el tiro de gracia con la candidatura del Oficial Mayor en rebeldía.

 

¿Redistritación en el aire?

 

La resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación agitó el avispero en Quintana Roo, rumbo a la contienda cuya importancia es primordial, por estar en juego el control del Poder Legislativo.

 

La simple posibilidad de que se desplome la redistritación, que equivale al “gordo de la lotería” para PAN y PRD, generó todo tipo de reacciones, ya que está fresca en la memoria la maniobra que descarriló la redistritación en 2007, condenando al suculento ostracismo al consejero presidente Carlos Soberanis Ferrao.

 

“Lo procedente es revocar el acuerdo impugnado, y se ordena al Instituto Electoral de Quintana Roo emita de manera inmediata un diverso acuerdo de conformidad con lo dispuesto en esta ejecutoria, en la cual no incluya en su nueva demarcación territorial a las comunidades en donde habitan los actores y que, en particular, corresponden al Municipio de Hopelchén o Calakmul, Campeche, hasta en tanto la Suprema Corte de Justicia de la Nación no resuelva la controversia territorial en cuestión”, precisa la sentencia.

 

“Esta necesidad de elaborar nuevamente todo el acuerdo puede ser el pretexto que utilice el Ieqroo para decir que al ser un procedimiento “complejo”, ya no habría tiempo para desarrollarlo en 45 días”, advierte el perredista Carlos Vázquez Hidalgo.