La esperanzadora señal que enviara el presidente con la remoción del titular de la Profeco, por la presión social que exigía una conducta moral y no sólo legal, ha quedado en el olvido, por las aterradoras señales que han enviado los encargados de procurar justicia en este país, aunque, según ellos, apegados al estado de derecho: la exoneración del “hermano incómodo” por no haber encontrado  pruebas suficientes de enriquecimiento ilícito, que era la última de las acusaciones que pesaban sobre él -quedándose con todos los millones de dólares, que no eran pocos- fue un verdadero insulto a la inteligencia de los mexicanos y una burla internacional.

Dos jóvenes tapatíos encarcelados  desde hace 8 meses, porque en su camioneta comprada legalmente al FBI  les encontraron una bolsa de cocaína, que esta dependencia pudo haber dejado por olvido como le fue comunicado al juez por el mismo FBI, continúan presos; pero liberan al capo de capos por un error procesal, en la madrugada y con destino desconocido, aunque nuestros vecinos del Norte ya han solicitado su extradición porque aún tiene cuentas pendientes con la justicia del vecino país.

La reforma educativa, para algunos, tan solo ha consistido en encarcelar a “la maestra” hasta que un juez tenga en sus manos su expediente y encuentre errores procesales y la libere, seguramente pagándole salarios y sobornos caídos, mientras la CNTE continúa en las calles haciendo su propia reforma, para que no los evalúen, sigan siendo los maestros mejor pagados del país y sus alumnos los de peor rendimiento.

La reforma energética, de la que todos los partidos tienen una visión propia y que solo coinciden en que la mayor parte de los recursos que produce Pemex sigan siendo para unos cuantos privilegiados del gobierno y del sindicato; el Gral. Cardenas sí abrió las puertas al capital privado, sin  que se perdiera el control del petróleo y mucho menos la soberanía, que la mayoría de los mexicanos hemos perdido cuando pagamos los incrementos mensuales de la gasolina, en todo caso fue el presidente Ruiz Cortines  quien cerró esta posibilidad, habría que recordárselo a don Cuauhtémoc. 

El problema, finalmente, no es de leyes, sino de una honesta y patriótica administración, que estamos muy lejos, pero muy lejos de tener. No hay que olvidar que un presidente nos pidió prepararnos para administrar la abundancia y antes de 6 años lloró que nos hubieran saqueado y, en un arrebato de subconsciente proyección, dijo que nos habíamos convertido en un país de cínicos, quizá  ésta sea la única verdad del México independiente y no “la patria es primero” que está en letras de oro  en el Congreso de la Unión, confirmando lo anterior.

Con  estas premisas negativas será muy difícil tener conclusiones positivas, y no podremos tener resultados diferentes si continuamos haciendo lo mismo.