PRI y PAN

Una de las lecciones que dejó la pasada contienda electoral es la gran influencia de las redes sociales, en particular el Facebook.

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Los sucesos político-electorales recientes han dado una gran lección a quienes participan en esas esferas. Si preguntara de qué estado se habla cuando se señala una entidad a la que el gobernador endeudó, donde hubo excesivos actos de corrupción, tiene a la sociedad viviendo en el temor ante el incremento de los índices de criminalidad y en donde se ha vulnerado la libertad de ideas, ¿de qué estado se está hablando? Seguramente usted pensará en Quintana Roo, Veracruz o Tamaulipas, y en cualquiera de los tres casos le atinó. 

Una de las lecciones que dejó la pasada contienda electoral es la gran influencia de las redes sociales, en particular el Facebook; tan es así que una encuestadora que se acercó más a los resultados fue la que llevó al cabo sus mediciones y metodología en esta red. Los políticos deben entender que atrás quedó la estrategia besa viejitos y apapacha bebés. También  los medios de comunicación emergentes deben poner atención en sus contenidos, ya que la sociedad entiende bien los acuerdos políticos reflejados en sus lecturas.

En este sentido, el PRI en Yucatán debe entender que no le basta tener al gobernador mejor posicionado del país, sino atender de manera urgente temas que en las redes sociales causan indignación.

Los cambios en las dirigencias estatal y municipales en el PRI  son urgentes, y deben convocar a los liderazgos que entiendan esta nueva realidad política y le devuelvan una causa que la sociedad civil haga suya si es que quieren permanecer en el poder. En el grupo del gobernador se ve a cuatro que pueden estar en sus ánimos: el titular de la Segey, Víctor Caballero; el de Sedesol estatal, Mauricio Sahuí; el de Gobierno, Roberto Rodríguez,  y el diputado federal Pablo Gamboa. El PRI en Yucatán ya vivió su fracaso al poner candidatos que no son aceptados por la sociedad civil, no en balde muchos municipios prioritarios están en manos de la oposición.

Con miras a 2018, en el PAN yucateco la principal debilidad es su dirigencia estatal, que no ha logrado construir un discurso acorde con lo que la sociedad quiere escuchar. Las críticas al gobierno vienen de la sociedad civil que cada vez tiene mayor protagonismo. Antes, en el interior del Estado siempre invitaban a participar al ciudadano que contaba con las simpatías y el respeto de sus conciudadanos. En el Cabildo de Mérida hacen falta ediles que puedan tender puentes con líderes sociales para incorporarlos.

El PAN se ha querido presentar como una oposición responsable, pero se le empieza a ver como una oposición sometida. La historia demuestra que cuando el PAN quiere venderse como una oposición leal sus resultados electorales no han sido los esperados. La dirigencia estatal tendrá que propiciar los acuerdos políticos internos que generen condiciones de equidad para elegir las diversas candidaturas, sobre todo la del Gobierno del Estado, donde parece perfilarse ya, como buena opción, el alcalde Mauricio Vila.

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