No pasó ni un mes de que comentamos en esta columna la negativa del  presidente de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), Francisco “Paquito” Valcárcel, de entrarle al proyecto presentado por el jerarca del Consejo Mundial (CMB), Mauricio Sulaimán Saldívar, en el sentido de unificar los títulos en las distintas divisiones, y ayer dieron el primer paso los dirigentes del CMB, la Asociación Mundial y la Federación Internacional (FIB) en reunión celebrada en Playa del Carmen, Quintana Roo.

En la junta encabezada por Sulaimán Saldívar estuvieron el presidente de la FIB, Daryl Peoples, con el vicepresidente de la AMB, el organismo más  antiguo del pugilismo mundial, Gilberto Mendoza Jr., siendo el acuerdo trascendental basado en la unificación de los campeonatos sin dejar de ser monarcas de sus respectivos organismos.

El aplaudido proyecto comenzará a funcionar hasta 2016, pero es un aliciente para que de una vez por todas se sepa quién es quién en el pugilismo mundial  y, al final  de cuentas, el boricua “Paquito” Valcárcel  se quedará  solo con sus “campeones”.

Por cierto, fue presentado el nuevo logotipo del CMB que portarán los púgiles en sus calzoneras, así como jueces y réferis en sus uniformes.

Continuando con el deporte de los puños, surgió la  polémica en el  Facebook debido a que preguntan ¿qué tanto poder tienen los empresarios de boxeo en las Comisiones de Boxeo del país?
Desde luego que nuestro punto de vista es que los tiempos han cambiado, ahora son pocos los organismos boxísticos de los municipios del país que hacen valer su autonomía o cuando menos que apliquen el reglamento.

En el caso del sureste mexicano, los empresarios buscan municipios o capitales donde puedan manejar a su antojo a jueces, árbitros y hasta los presidentes de esas entidades que controlan el boxeo profesional.

Por siempre he declinado hablar de mi persona como réferi, pues mi función es comentar los acontecimientos del  mundo del deporte de los puños sin importar los colores, sólo decimos lo que sentimos “sin pelos en la lengua”, ya que el trabajo en el ring se gana por méritos, no por servil.

Es por eso que coincidimos con los aficionados que comentaron que ahora las empresas imponen jueces y réferis para determinadas peleas sin que el presidente del organismo pugilístico imponga su autonomía.

Es vergonzoso decirlo, pero ha pasado aquí en Mérida cuando la empresa ha impuesto a la persona que estará en el combate estelar, o autorizan combatir a un púgil pasado de peso o sin salida médica de la Comisión de Boxeo del municipio o estado a que pertenece.

Esto nos obliga a mencionar a aquellos personajes que pertenecieron a lo que alguna vez se llamó la H. Comisión de Boxeo del Municipio de Mérida.

Quién podría olvidar al “Cheche” José María Escalante Marín, un hombre íntegro que nunca se doblegó ante los empresarios y mucho menos ante  los managers. ¿Lo recuerdas Magallo Lozada?.

Desde luego tampoco podemos dejar de mencionar a otros que hicieron valer la autonomía y reglamentos del deporte de los puños, que no dejaban que les impongan a jueces y réferis, como los doctores Joaquín Jiménez Trava y Ariel Bastarrachea Burgos (qepd), y desde luego también a Víctor Salomón Lixa, José Manzur Argüelles y Raúl Jiménez Ávila.