De primera y de segunda
Reciben una pensión vitalicia mensual, superior a $205 mil, los expresidentes Echeverría, Fox y Calderón; Zedillo y Salinas 'renunciaron' a dicho pago.
Por razón de la pensión que reciben, existen en nuestro país mexicanos de primera y de segunda.
Son de primera quienes reciben pensiones de Pemex, CFE y algunos del IMSS; a quienes cotizan al Issste, tampoco les va nada mal.
Somos mexicanos de segunda quienes cotizamos al IMSS, y las estadísticas no mienten: el 84% de los pensionados reciben un ingreso mensual de uno a dos salarios mínimos.
Sin embargo, debemos anteponer a las categorías anteriores las de magnánimas, para referirnos a la pensión vitalicia que reciben nuestros ex presidentes, las que son otorgadas bajo circunstancias muy dudosas, pues no hay fundamento jurídico explícito y a la mano que justifique dichas pensiones.
Y mire que me he aplicado en buscar el fundamento legal, pero sólo he encontrado referencias de referencias; incluso, tuve a la vista un oficio emitido por el (entonces) IFAI, en el que responde una consulta ciudadana, y expresa que “no encontró referencia documental para atender la petición de información”.
Reciben una pensión vitalicia mensual, superior a $205 mil, los expresidentes Echeverría, Fox y Calderón; Zedillo y Salinas “renunciaron” a dicho pago. Gozan de un seguro de vida y otro de gastos médicos mayores y tienen a su servicio setenta y ocho elementos de Armada, Fuerza Aérea y Ejército, a un costo mensual mayor de $2 millones 700 mil pesos, además reciben asistencia de personal civil de planta, con cargo al erario federal.
Al fallecer un ex presidente, su viuda recibe 80% de la pensión el primer año, y disminuye 10% cada año, hasta quedar en 50%.
Cálculos conservadores estiman que los ex presidentes le cuestan al país más de $40 millones de pesos por año, cantidad suficiente para pagar una pensión anual de un salario mínimo a más de 1,585 pensionados del IMSS.
Para obtener una buena pensión, es necesario formar parte de la élite política, ser hijo o ahijado del sistema; tener una licenciatura; sentirse muy guapo; tener grandes habilidades para que le crean todo lo que diga; saber sonreír y alzar la mano incansablemente en señal de éxito.
A un ex presidente no le es forzoso tener el mínimo de años de servicio previstos en la ley; tampoco será necesario que tenga saldo en su cuenta individual; no importará si al término de su gestión deja una deuda pública mayor, un salario mínimo o un peso devaluados, más pobres, o si el chikungunya afecta a la población más débil del país.
Por estas y otras causas, usted no deberá preocuparse de llegar a ocupar la primera magistratura del país y concluir su mandato; luego entonces, tenemos un muy reducido y selecto grupo de personajes magnos en razón de la pensión que reciben, ¿o no?
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