Alacranes, más allá de la política

Lo esencial en el caso del aterrizaje del helicóptero no es lo político, sino el daño al ecosistema.

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En los últimos días se ha hablado mucho de una de las reservas naturales administradas por la Federación en Yucatán: el Arrecife Alacranes, por el suceso del publicitado aterrizaje de un helicóptero rentado por personajes ligados a la empresa y la política, pero no se ha mencionado la importancia que esta reserva tiene para la biodiversidad. Alacranes, como coloquialmente se le menciona, es un espacio natural formado por varias islas, recinto natural de una gran cantidad de especies de flora y fauna, tanto terrestres como marinas, que hacen del sitio algo mágico y necesario de conservar. 

Este espacio, al ser una reserva natural protegida, está bajo un programa de conservación y manejo que regula el funcionamiento, preservación del entorno y aprovechamiento natural del sitio. El programa de conservación y manejo del Parque Nacional Arrecife Alacranes define  de manera estratégica las bondades de la reserva y la describe así en su prólogo: “El Parque Nacional Arrecife Alacranes constituye un área de gran importancia en nuestro país, que conforma la estructura coralina más grande de México”. Bajo esta premisa y a sabiendas de que posee una gran diversidad biológica, el sitio no es un espacio que deba ser tomado como una zona de recreación abierta al público. 

Es administrado por el Gobierno Federal a través de la Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas (Conanp) y es esta instancia la responsable de las actividades propuestas y reguladas en el Programa de Manejo para garantizar la preservación del lugar.

El caso del famoso aterrizaje ha dejado más dudas que respuestas, pero lo esencial no es lo político que se pueda involucrar en el hecho, sino el daño al ecosistema; eso sí, son las autoridades correspondientes las que mediante los estudios pertinentes determinaron que no hubo daño al entorno natural, pero sí la mala operación de la aeronave. 

Esta debe ser una llamada de atención para la Conanp y que esté más pendiente del parque. Si bien existe en la zona gran variedad de aves, no sufrieron daño alguno porque al acercarse el aparato tuvieron tiempo para huir y protegerse; en el caso de las tortugas marinas que son asiduas a desovar en la zona, al no ser tiempo de anidación no llegan, pero el entorno pudo ser perturbado. Tal vez habrá que revisar los registros de anidación y conocer si el punto exacto del aterrizaje está en la ruta de los quelonios. Es necesario que esto no vuelva a suceder, no pongamos al dinero por encima de la naturaleza.

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