Acertada la decisión del Ayuntamiento de Mérida al conformar un Consejo Ciudadano para implementar y vigilar el proceso para la adjudicación de luminarias que revierta la oscuridad en que se encuentran buen número de arterias meridanas por la ineficacia y corrupción de la anterior autoridad municipal. 

Antes mencionamos la licitación como buen método de adquisición indicando a su vez que en caso de seguir otro procedimiento -como la adjudicación directa- no se caería en ilegalidad alguna ya que el desastre provocado por el anterior Ayuntamiento es de tal magnitud que la urgencia del bien público caía dentro de los supuestos de excepción a que se refiere el Reglamento de Adquisiciones aplicable. Lo urgente en todo caso es dar transparencia al proceso.

Hay que reconocer que el Consejo en cuestión ha establecido excelentes criterios para las empresas que quieran participar en la adjudicación y garanticen transparencia. Entre otros, que sean personas morales con solvencia financiera y técnica y con experiencia probada de 5 años cuando menos en el tema. Es decir, que no aparezcan de la nada como ocurrió en la licitación de la anterior administración.

Hay un primer dato interesante. A partir de este proceso han mostrado interés en participar más de 40 empresas y varias de ellas ya han enviado documentación inicial, lo cual contrasta con la amañada licitación del anterior Ayuntamiento, en la que sospechosamente sólo un proveedor participó de 4 que mostraron interés inicial. 

Es mayor la probabilidad de  mejor precio y calidad en el proceso de ahora en vez de la opacidad financiera y oscuridad vial de antaño.

Para bien de Mérida un proceso legal y transparente como el actual puede permitir la iluminación que termine con la obscuridad financiera y de calles que nos heredó el anterior ayuntamiento priista.