Hasta hace algunos años, la milicia era considerada una actividad preponderantemente masculina. Para la instrucción militar, el adiestramiento con armamento y maniobras en tierra y a bordo de buques de guerra, se requerían destreza y fortaleza física, hombres, pues.

Por fortuna, esa percepción ha cambiado con el paso de los años, y hoy vemos que en las Fuerzas Armadas destacan por igual hombres y mujeres; éstas ya no sólo realizan labores administrativas, las hay también paracaidistas, pilotos aviadores, ingenieras, y muy pronto las veremos subir al puente de mando de los buques de la Armada, y a ver quién las detiene entonces.

En este contexto, el doctor José D. Cerón Espinosa, en su interesante columna del sábado pasado, “El blanco de Cupido” (MILENIO NOVEDADES), en la que abordó el tema de moda,  la homosexualidad, apuntó:

“Algunas instituciones, como el ejército que con actitudes machistas rechaza a los homosexuales, se olvidan  de que dos grandes genios militares tuvieron conductas homosexuales: Alejandro Magno y Julio César…"

Por lo menos en la Armada nunca vimos ese rechazo. De hecho, tuvimos varios compañeros homosexuales, y esa condición ni era excluyente por parte de compañeros o mandos, sino todo lo contrario: eran muy disciplinados, buenos marinos y muy responsables. Y los hay en varias jerarquías, incluso en niveles de mando.

Esa intolerancia a las mujeres y homosexuales que alguna vez se arraigó en los ejércitos ha venido cayéndose con nuevas disposiciones acordes con los tiempos actuales.

Un ejemplo es Estados Unidos, donde en julio de 2011 el presidente Barack Obama certificó una ley para que homosexuales y lesbianas puedan servir en el ejército sin ocultar sus preferencias sexuales, luego de que en diciembre de 2010 el Pentágono derogó la ley “No Preguntes, no Digas”.

No se trata de hacer un panegírico hacia la diversidad sexual, simplemente aceptar que los tiempos cambian y debemos adaptarnos a ellos.

 Anexo “1”

El Caballero de los Mares zarpa con damas a bordo

El buque escuela “Cuauhtémoc”, el velero orgullo de la Armada de México, zarpó el pasado miércoles del puerto de Acapulco, Guerrero, iniciando su Crucero de Instrucción 2014 para cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar por países de América.

Por cuarta ocasión incluye mujeres que pronto serán Guardiamarinas y quizás entre ella se encuentre quien será la primera Almirante del Cuerpo General.

¡Buena mar y viento en popa!