Prohibido prohibir

¿Por qué ese afán prohibitorio de autoridades y legisladores? ¿No hay otras cosas más importantes que atender?

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Leo lo que escribe Carlos Marín en su columna El Asalto a la Razón, en Milenio Diario, acerca del nuevo reglamento que busca coartar aún más los espacios para los fumadores. Leo lo que escribe René Franco en su columna Muy Franco, de la sección ¡hey! de nuestro mismo periódico, acerca de la ley que quieren promulgar para prohibir que los circos tengan animales en su elenco.

En el primer caso es un asambleísta del PAN el que busca combatir con denodado afán al humo del tabaco. En el segundo es un asambleísta del Partido Verde el que propone que los espectáculos circenses dejen de emplear animales en sus actos y que sean enviados a “santuarios”, lo cual suena muy bonito y políticamente muy correcto, con la salvedad de que dichos santuarios no existen y lo más probable es que las pobres criaturas terminen arraigadas en tristes corrales o vaya usted a saber dónde (¿quizás en la casa del Niño Verde?).

Pero dentro de esta nueva ola de prohibiciones, la que se lleva las palmas es la del Gobierno del DF, al que se le ocurrió prohibir el consumo de bebidas alcohólicas en algunas delegaciones, durante las festividades de Semana Santa. ¿Por qué solo en algunas? Sabrá Dios. Porque si usted vive, digamos, en Iztapalapa y se le antoja un roncito, pues bastará conque se lance a Benito Juárez para hacerse de una o más botellucas. A menos que de aquí al jueves vayan a bardar las delegaciones o a poner retenes.

¿Por qué ese afán prohibitorio de autoridades y legisladores? ¿No hay otras cosas más importantes que atender como la seguridad, la salud, la pobreza, el transporte, etcétera? Del PAN e incluso del Verde no me extraña, pero del PRD, que se supone debería ser un partido libertario, francamente me resulta absurdo.

“Prohibido prohibir”, clamaban los estudiantes franceses en 1968. Bien harían don Miguel Ángel Mancera y los suyos en seguir haciendo de la nuestra una ciudad de libertades, como hasta hace poco se supone que era. No vaya a ser que de prohibir el alcohol pasen a prohibir el aborto, los matrimonios entre personas del mismo sexo y lo que se les vaya ocurriendo. ¡Aguas!

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