Propósitos de 2017

¿Cuáles son algunas de las razones por las cuales nuestros propósitos fallan? Una probablemente sea porque queremos realizar grandes cambios de un día a otro...

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Existe algo a lo que Tim Urban llama el “Calendario de vida” y funciona de la siguiente forma: cada semana de nuestra existencia quedará resumida en un pequeño cuadro dentro en hoja de papel, de tal forma que en una vida de 75 años se dibujarán 3,900 cuadros, y aunque podría escucharse como una gran cantidad, cuando las plasmamos y coloreamos las semanas vividas podemos observar que no quedan tantas por rellenar. 

El objetivo de este ejercicio es visualizar lo fácil que hemos procrastinado muchos propósitos que tenemos en la vida, y que nos hemos prometido realizar en el pasado, pero por alguna u otra razón no lo hemos hecho. 

¿Cuáles son algunas de las razones por las cuales nuestros propósitos fallan? Una probablemente sea porque queremos realizar grandes cambios de un día a otro, nos prometemos volvernos súper atléticos en el gimnasio, tener la mejor alimentación o, ahora sí, dormir nuestras 8 horas al día; buscando siempre un todo o nada, de tal forma que cuando fallamos en uno, por efecto dominó comienzan a caer todos los demás. Otra razón probable es que nuestros propósitos no están acompañados de otros que nos ayudarán a alcanzar el éxito; por ejemplo: queremos bajar 15 kg en un año, pero no queremos dejar las empanadas y los polcanes que nos comemos en el desayuno.

Y así el 1 de enero amanecemos desvelados y con tantos propósitos de año nuevo que nos llenamos de estrés, queriendo arrancar una carrera cuando no nos encontramos totalmente listos, de esta forma acabamos agotados y abandonando todo. 

En vez de lo anterior, sugiero que, si en un año de nuestro calendario de vida, tenemos 52 cuadros por llenar, los utilicemos realizando pequeños cambios, sí pequeños, pero muy significativos y que al final del año al juntar todos ellos se visualice, ahora sí, un gran cambio en nuestra vida. Es importante que sean cambios reales, por ejemplo, podríamos ir al cine una vez a la semana para dedicar tiempo a nuestra salud mental, comer verduras todos los días para procurar nuestra buena nutrición, hacer ejercicio 4 veces por semana sin falta para nuestro corazón; a lo mejor escribir una vez a la semana la página del libro que soñamos publicar.

De tal forma que los desarrollemos a lo largo del año y no pretendamos hacerlos todos juntos en un solo mes; de esta manera podemos tener más éxito en lograrlos y evitaremos el fracaso. 

Por lo tanto, más que hacernos propósitos de año nuevo, deberíamos reflexionar sobre nuestros propósitos de vida en general y saber que cada uno de nosotros tiene tiempos distintos; trabajar con un propósito a la vez y al dominar uno pasar al siguiente. Así el próximo año repasaríamos los cambios cumplidos y festejaríamos nuestros logros.

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