Protestas muy menores

La protesta contra la reforma energetica convocada por el tabasqueño se convirtió en manifestación testimonial que nunca pasó del medio millar y por algunas horas.

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Los hay, abominables, que abominan la moderación. Florestán

Casi al mediodía del pasado domingo 11 de diciembre, desde su templete en el Zócalo de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador arengaba y convocaba a cercar las sedes del Senado y de la Cámara de Diputados para impedir la reforma energética.

Cobijado por miles de personas, en gran número ambulantes movilizados por el delegado de Cuauhtémoc, Alejandro Fernández, establecía estrategias, marcaba tácticas, apuntaba tiempos y formas.

Hagamos el compromiso de estar todos presentes. Debemos estar atentos al llamado que se hará para iniciar la acción, en cuanto comience la dictaminación de las reformas en el Senado. La coordinación de los cercos estará a cargo de dirigentes de Morena.

Aquella mañana, con aquel vehemente llamado, se encendieron algunas luces rojas en ciertos niveles de gobierno ante la magnitud de las protestas a las que había llamado AMLO en la plaza.
Pero todo fue cuestión de días.

En cuanto se comenzó a dictaminar la reforma política, que luego incluirían en su agenda de cercos, se dimensionó mejor la respuesta al llamado de López Obrador: 400 personas en Reforma.
Aprobada ésta, se procedió a desahogar la madre de todas las reformas que iba a provocar, se amenazó desde el Zócalo, la madre de todas las protestas.

Pero se repitió la escuálida respuesta: 300 de Morena y 400 maestros, éstos por su lado.

La protesta convocada por el tabasqueño se convirtió en manifestación testimonial que nunca pasó del medio millar y por algunas horas.

El cerco nunca se consumó, la convocatoria nunca se atendió. La reforma avanzó y quedó de manifiesto que a pesar de la fuerza del llamado, no tuvo la respuesta de la calle para montar el bloqueo que sitiara el Congreso, y menos para impedir la aprobación de la iniciativa energética.
Todo, insisto, quedó en lo testimonial, en la antigua y desairada convocatoria, lo que ya debería preocuparles.

retales
1. Ausencia. Le había contado el impacto que tendría la ausencia por motivos de salud del coordinador de los senadores del PRD, Miguel Barbosa, espacio que ha tomado Dolores Padierna. ¡Quién le iba a decir a la ex delegada en Cuauhtémoc hace una década!;
2. La olla. La Arquidiócesis Primada de México, vía su órgano de difusión Desde la Fe, rechaza la reelección de legisladores y alcaldes, que califica de sueño imposible de políticos y pesadilla de ciudadanos. De nuevo su lectura equivocada desde su microcosmos: la reelección de legisladores es una vieja demanda ciudadana; y
3. Foto. Aparece Carlos Romero Deschamps en una foto fundido en un fuerte abrazo con Emilio Lozoya, que dice todo, explica el pie. El error es que no es la foto, sino Peña Nieto, el que dice todo en ese tema. Lo único prioritario es la reforma energética y no el dirigente sindical, ya cubierto con la senaduría. 

Nos vemos mañana, pero en privado

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