Imagine como ciudadano este escenario, después de tener que soportar millones de anuncios con propaganda de candidatos a puestos de elección popular, saber que se han derrochado miles de millones de pesos, aguantar las muestras de ignorancia e incapacidad de quienes contienden por el llamado “hueso”, saber el gigantesco gasto en la organización de elecciones, para que finalmente haya un ganador que gobierne, en el caso de las presidencias municipales de los estados, o de las 16 delegaciones en el Distrito Federal, o de los congresos locales;  hasta aquí, no hay mayor conflicto, este viene cuando a quienes se les depositó la confianza para ejercer un cargo y que prometieron terminar su mandato, deciden traicionar la confianza de la sociedad e irse en busca de otra posición, que les dé, un mayor beneficio personal, político y económico. Esto ya comenzó de cara a las elecciones intermedias de este 2015, un claro ejemplo de ello,  es la probable renuncia a su cargo, de los 16 jefes delegacionales en la Ciudad de México, nunca en la historia capitalina, se había suscitado este hecho, que de llegarse a dar,  dejaría en la ingobernabilidad a la ciudad más grande del país. 

El contexto es el siguiente, los hasta ahora delegados deberán separarse de su cargo antes del domingo 18 de enero, fecha en que inician las precampañas para legisladores locales, esto en el D.F., pero en todo el territorio nacional, se perfilan los servidores públicos para dejar sus diferentes posiciones. En el caso de Quintana Roo, ahí aparecen los actuales diputados locales, buscando un hueso superior en la Cámara de Diputados Federal.

Pareciera que a los servidores públicos, poco les interesa la deteriorada imagen que tienen en general ante la sociedad y refuerza la idea de que usan sus puestos como escalera para subir en sus carreras políticas y aspiraciones personales.

En el caso del Distrito Federal, hay voces que han señalado que la probable separación de los 16 dirigentes delegacionales, traerá un vacío de poder, que  acentuará aún más, la crisis de pavimentación, recoja de basura en cientos de colonias, falta de agua, alumbrado deficiente, inseguridad, entre otras variables.

Ahora bien, dado el panorama que se vive en el país, con la crisis de inseguridad, corrupción, violencia, se espera que el verdadero ganador de la próxima jornada electoral, sea el abstencionismo, cosa que en lo particular, me parece gravísima, ya que como ciudadanos, debemos acudir y expresar nuestras inconformidades, votando por la creamos nuestra mejor opción, o simplemente, aplicando la figura de la anulación de nuestro voto. 

Cierro este texto citando a José Saramago, quien fuese Premio Nobel de Literatura, y que sugiero se debe tomar muy en cuenta: “Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan, y no hacemos nada por contrarrestarlos, se puede decir que nos merecemos lo que tenemos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte”.       ¡Qué la pluma siga girando!