En un histórico madruguete, el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo, expidió el decreto que reforma el anterior número 2 de fecha 23 de mayo de 1992 que creaba el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca y entregaba con ello a los maestros disidentes de la Sección 22 del SNTE todo el control del mismo instituto y de la educación pública de ese estado.

Esta brutal historia se remonta a los ochenta, cuando nace la CNTE y sus movilizaciones toman gran fuerza en Oaxaca. Tras diez años de lucha vino la firma del Acuerdo Nacional de Modernización de la Educación en 1992 y aprovechándose de la descentralización educativa presionan a su gobernador Heladio Ramírez López para aceptar una negociación que culminó el 28 de octubre de 1992 en la firma de una minuta de 16 acuerdos, entre los que destacan: la creación de una agencia especial del Ministerio Público, el otorgamiento de recursos públicos suficientes para el fortalecimiento magisterial, el compromiso de consultar e incorporar a la dirigencia y bases magisteriales en las iniciativas de ley en materia educativa, la construcción de un edificio para la sede sindical, el otorgamiento de un banco de plazas magisteriales como patrimonio de la Sección 22, así como facultar a la Sección 22 para realizar el nombramiento del personal del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (Ieepo).

Desde entonces, la Sección 22 detenta el control de los procesos académicos y administrativos del Ieepo al imponer a los titulares de todas las instancias del sistema educativo oaxaqueño del nivel básico.

Con la Sección 22 con la sartén por el mango, se perdió el control de asistencia laboral y se permitió hacer descuentos e imponer sanciones administrativas, además de la herencia de las plazas y las plazas automáticas para los egresados de las escuelas normales y 120 días adicionales de pago por concepto de aguinaldo, bonos de desempeño y ayudas diversas.

Con este nuevo decreto, el gobierno de Oaxaca recupera el control de su educación con un nuevo Ieepo que corta de tajo el control de la Sección 22, integrándose como un organismo descentralizado de la administración pública estatal y con autonomía de gestión, encabezado por una junta directiva presidida por el propio gobernador y al menos siete secretarios de la administración estatal, un representante de la SEP y su director general, Moisés Robles Cruz, quienes tendrán la tarea de capear el temporal y enderezar el rumbo de la educación.