Que empiecen por ellos mismos

Los organismos electorales locales han marcado una posición tajante ante la propuesta que discutirían los diputados federales.

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Un total de 25 organismos electorales de los estados han cerrado filas en contra de la propuesta de creación de un Instituto Nacional de Elecciones que considera, entre otras cosas, sustituirlos, motivo por el cual consideran es “un retorno al pasado”.

El fin de semana el Instituto de Procedimientos Electorales y participación Ciudadana del Estado de Yucatán (Ipepac) dio a conocer que se ha sumado a esta postura que encabeza la “Asociación de Presidentes y Presidentas de los Institutos y Consejos Electorales de las Entidades Federativas”.

“La propuesta de crear un Instituto Nacional de Elecciones rompe con los principios del federalismo que son origen y futuro del Estado Mexicano, permitiendo la posibilidad de un regreso al pasado”, enfatizó el consejero del Ipepac Antonio Ignacio Matute González.

De esta forma los organismos electorales locales han marcado una posición tajante ante la propuesta que discutirían los diputados federales emanados de los partidos políticos, que son el origen de este planteamiento.

Es un tema complejo que abanderan los cuatro principales institutos políticos del país, con el argumento de hacer una mejor democracia social, sin embargo, ¿cómo lograrla si en sus mismos partidos lo que menos se practica es la democracia y continúan transitando en un ambiente de simulación?

La segunda vuelta en una elección, los gobiernos de coalición, la reducción del número de diputados federales, y ahora la creación de un Instituto de Elecciones, son temas torales que están en la mesa, pero para hacerlos efectivos es urgente que el cambio sea de raíz, es decir, desde el propio funcionamiento de los partidos políticos.

Que garanticen que tendrán democracia interna, transparencia en su lista de militantes, en la obtención de sus recursos, y más, que den el ejemplo que el buen demócrata por su casa empieza. 

La revisión de la estructura y funcionamiento de los organismos electorales de los estados es importante, definitivamente, pero antes de tocar esa “cuerda” tan delicada, los partidos políticos deben renovarse y democratizarse internamente.

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