¡Qué envidia me da Cozumel!

Sí, como chetumaleño me declaro culpable en estos días de caer en las garras del quinto pecado capital...

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Sí, como chetumaleño me declaro culpable en estos días de caer en las garras del quinto pecado capital. Pero no me mal interpreten, que es envidia de la buena.

Durante el fin de semana pasado y por quinto año consecutivo la isla de Cozumel se vistió de gala con un evento de primer nivel: el “Aeroshow Cozumel”, evento que reúne a fanáticos de la aviación y el aeromodelismo, y también a personas comunes que no hemos perdido la fascinación que provoca el poder de volar.

El evento llama la atención de propios y extraños, y coloca a la isla de Cozumel, que ya de por sí tiene incomparables atractivos naturales, en una posición de privilegio para recibir otro tipo de turismo, explotando todas las posibilidades que tienen a la mano.

Y sí, eso me da envidia, porque en la capital del estado hemos perdido muchas cosas buenas, cosas que nos dieron identidad. 

Al ver que algunos chetumaleños entusiastas de la aeronáutica viajaron hasta la isla de las golondrinas a disfrutar del aeroshow, no pude evitar recordar que Chetumal alguna vez tuvo un evento de suma importancia que murió de a poco hasta perderse en la memoria. Me refiero a la “Semana de la Aviación”, que se realizaba año con año en la capital para disfrute de pequeños y grandes.

La primera vez que acudí a este evento, siendo aún un niño, quedé sumamente impresionado por las acrobacias que realizaron pilotos experimentados en distintos tipos de aeronaves; disfruté como enano las competencias de los pequeños modelos de aviones modelados, pero sobre todo lo que nadie quería perderse era el platillo principal: la visita de los aviones de combate “Harrier”, de las fuerzas armadas inglesas.

Era todo un espectáculo observar a esas majestuosas obras de ingeniería suspenderse en el aire y girar hacia el público en un gesto de saludo, para después salir disparados a toda velocidad en cualquier dirección. Mi último recuerdo de la semana de la aviación fue la despedida de uno de estos cazas de combate rompiendo la barrera del sonido y causando un estruendo en la ciudad como si se tratara del estallido de una bomba.

No logro recordar con exactitud cuándo fue la última vez que se realizó la “Semana de la Aviación”, pero calculo que fue en 1990 o 1991; nostálgico, intenté rastrear algo de información en la red, pero no encontré absolutamente nada, ni siquiera un indicio.

Como la “Semana de la Aviación”, gran parte de nuestra identidad se ha ido perdiendo con el paso del tiempo. Y sí, los malos gobiernos municipales han tenido mucha culpa, pero también los ciudadanos que, pasivos, no hemos hecho nada para recuperar y exigir que cuiden lo que es nuestro.

Qué ironía: Chetumal era una gran ciudad, cuando era una pequeña capital.

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