Lo que esperábamos del Informe

El pasado miércoles, en su mensaje en Palacio Nacional, el Presidente provocó la primera ovación cuando elogió la lealtad, entrega, valentía, pasión y compromiso de soldados y marinos.

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El 1 de septiembre se paralizaba el país, era día inhábil por ley, pero no para la Marina ni para el Ejército. De hecho, las faenas en el barco (o en tierra, según fuera el caso) se realizaban más temprano de lo habitual porque casi al mediodía se oía el silbato del Contramaestre. Era llamada general (o solo para contratados, bromeaba la tripulación).

Después del pase de lista en popa, a ocupar los lugares en el comedor, donde se instalaba una televisión (análoga, por supuesto) y… a escuchar dos o tres horas del Informe del Presidente en turno. Eran los tiempos del partido único, realmente el "Día del Presidente".

La transmisión iniciaba desde la salida del Mandatario de Los Pinos. Ahí, Jacobo o Lolita lo entrevistaban brevemente e iniciaba la “cadena nacional”. Luego, el Presidente subía a un descapotable rumbo a la vieja Cámara de Diputados, en Donceles y Allende (cerca del entonces Teatro Esperanza Iris, el del burlesque de antaño). Los guaruras corrían a ambos lados del automóvil negro, el “Titular del Ejecutivo”, sonriente, saludaba a la gente mientras una lluvia de papelitos tricolores caía desde los edificios.

Luego, en la sede del Legislativo, una valla de diputados de todos los partidos recibía al Presidente hasta el estrado, en el “recinto”, todos de píe, le tributaban un aplauso de varios minutos. Luego se entonaba el Himno Nacional y enseguida iniciaba la lectura del documento con la frase de cajón (que luego cambiaría Vicente Fox): “Honorable Congreso de la Unión…” y venían las cifras, estadísticas, aciertos y “lo que falta por alcanzar”.

Unas dos o tres horas después, despertábamos del letargo a bordo cuando se escuchaba el “reconocimiento a las Fuerzas Armadas “por su patriotismo, valor, lealtad, etc.” y venía lo que esperábamos del Informe: el tanto por ciento de aumento a los haberes “a partir de este primero de septiembre”, que se pagaba en noviembre a más tardar y con efectos retroactivos.

Lo de ahora

Desde hace años, el día del Informe es muy diferente. Ya no es día de asueto nacional. Algunos ni por enterado se dan. El pasado miércoles 2 de septiembre, el Presidente dio un mensaje en Palacio Nacional, no en la Cámara de San Lázaro (desde Fox no lo hace un Mandatario), con menos gente, pero igual de aplaudidora, y hubo reminiscencias del “besamanos” del siglo pasado que se prolongaba por horas.

Ese mediodía, Enrique Peña Nieto provocó la primera ovación cuando se refirió a los militares en estos términos: "Somos una sociedad que aprecia y reconoce, la entrega, valentía, pasión y compromiso de nuestros soldados y marinos. Por eso desde aquí expreso mi más amplio agradecimiento a todos los integrantes de las Fuerzas Armadas, por sus invaluables aportaciones a la nación", dijo en medio de aplausos de funcionarios, gobernadores e invitados. "Los mexicanos tenemos en nuestras Fuerzas Armadas instituciones profesionales, disciplinadas y en capacitación permanente; comprometidas con los derechos humanos, las instituciones democráticas y el desarrollo nacional", destacó el Presidente.

Sí, pero, definitivamente, no era lo que esperábamos… 

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