¿Qué importante es aprender a descubrir el sentido de nuestra vida. No es lo que hacemos para vivir, sino ¿Qué es lo que hacemos para sentirnos vivos?. Lo que hacemos para vivir, nos mantiene vivos, eso es: comer, trabajar, estudiar, etc., pero lo que hacemos para sentirnos vivos, eso ...¡Le da sentido a nuestra vida!. ¿Sabes qué haces para sentirte vivo?.

Víctor Frankl decía que la vida tiene sentido en cualquier circunstancia. Porque todos los seres humanos tenemos una misión en este mundo, y es posible encontrarla recurriendo a nuestros propios recursos, y la historia de nuestra propia vida. Así en una muerte o una desgracia no hay que preguntarnos ¿Por qué a mi?, sino ¿para qué me pasó esto a mi?. 

Eso es, que podemos sacar de provecho ante este problema o desgracia. Hay que entender que los problemas se vuelven oportunidades para darle significado a la vida.

Frente a las situaciones adversas, como la quiebra de un negocio o una desgracia mayor como la muerte, uno tiene la libertad de elegir qué actitud puede tomar ante ellas. Y la forma como actuemos o busquemos el significado, eso nos ayudará a sobreponernos y a curarnos, más que a maldecir o quejarnos sin lograr nada.

Bien decía mi suegro: “En la vida todos tenemos pagos, problemas y enfermedades”, pero depende de nuestra actitud ante los problemas en ocuparnos y no preocuparnos. Es claro, que el sentirnos víctimas y tomar la actitud de víctimas, no nos ayudará a solucionar nada. Pero si nos hacemos responsables en ocuparnos y no en preocuparnos tendremos una vida mejor y seremos libres.

“No existen dos glorias”, la vida es un lapso entre nacer y morir, pero depende de nosotros si la gozamos o la sufrimos. De este pequeño concepto estriba nuestra felicidad.

Frankl es claro cuando nos dice: “No somos nosotros quienes cuestionamos a la vida, sino la vida es la que nos cuestiona, y nosotros debemos de responderle.”. Hay que ser positivos y optimistas aún en la desgracia; hay que tener ilusiones y esperanzas, aún en la adversidad. Nuestra actitud será la mejor arma para que salgamos adelante.
Nuestro propósito en la vida debe de ser servir y aprender a servir. El ayudar al prójimo es una buena forma de ayudarnos, y de salir de nuestros problemas fiscos, mentales y espirituales.

Hay que ayudar a nuestros familiares, amigos y al prójimo en general, a que descubran el sentido de su vida. A que hagan una autoexploración, y vean qué los esté dañando o perjudicando; y qué factores los están ayudando y sanando.

La mejor forma de servir, es ayudar a nuestros propios hijos, para que se hagan cargo de sí mismos, a que desarrollen su capacidad de elección, de dar y de recibir, así como de reaccionar con dignidad frente a los problemas, ante el sufrimiento, la culpa y la muerte. Eso es, ayudarlos a trascender para tener la capacidad de salirse de sí mismos e ir al encuentro del otro. Y depende de la actitud que uno tome ante las desgracias, llámense oportunidades, para ver qué tan plena puede ser su vida.

Víctor Frankl es concluyente cuando dice: “La muerte es lo que le da sentido a la vida. Y esto nos debe de motivar a valorar la vida, para aprovecharla al máximo, y para vivirla en plenitud.”