Entre la desconfianza hacia las autoridades y el desprestigio de la partidocracia, las aportaciones de la ciudadanía han ganado peso. No es una concesión de quienes ostentan el poder, sino un reconocimiento explícito a la importancia de servir.

En tal sentido, deben escuchar sin restricciones las inconformidades, las dudas y los intereses, para actuar con certezas. Porque desconocer o ignorar las manifestaciones de la inmensa mayoría es sinónimo de fracaso más que de autoritarismo.

Ante esa premisa cabe preguntar: ¿Qué interesa y mueve a los benitojuarenses? La seguridad, la infraestructura, los servicios públicos, el turismo, la economía y la transparencia. En ese orden, según la consulta realizada por el gobierno municipal entre el 31 de octubre y el 30 del mes pasado.

Los resultados de esas propuestas, obtenidas directamente de 10 módulos instalados en los lugares más concurridos del municipio, revelan su realidad y marcan diferencias conceptuales, importantes de asimilar para definir el rumbo de un Cancún en constante transformación.

Para empezar, queda en evidencia que están ávidos por brindar soluciones a los desafíos más notorios: en ese periodo fueron recibidas más de 40 mil propuestas de unos 13 mil 500 habitantes, en lo que fue una participación tan masiva como ejemplar de los estudiantes de nivel superior.

Y es que en 16 universidades e institutos se recibieron tantos comentarios como en Palacio, plazas comerciales, mercados, tianguis, parques e intersecciones de continuo flujo, lo cual ha estimulado a las autoridades que aspiran elaborar un Plan de Desarrollo factible a largo plazo para las presentes y futuras generaciones.

Otro rasgo distintivo fue la apertura de los funcionarios encargados del ejercicio, en favor de la comunidad, porque el presidente Remberto Estrada instruyó a la Secretaría Técnica y a la Dirección de Planeación extender el plazo de la dinámica; atender ahí mismo en los sitios, logrando una contribución más consciente, así como articular los esfuerzos de todas dependencias para acoplar otras acciones a este gran esquema colaborativo.

De esta manera, y en un sentido más profundo, fue posible proyectar un aspecto fundamental: la diferencia entre participación ciudadana, social y política. El segundo es un concepto más general, que engloba todas las actividades de corte comunitario, mientras que el tercero tiene un propósito poco atractivo por estas épocas.

En tanto, el primero debe entenderse como aquella intervención de los particulares en asuntos públicos, lo que implica la motivación inherente para hacer política. Como en la consulta local ha habido misión y visión específicas, es llanamente ciudadana.

Esta es la que intentaron desarrollar con estos foros, en los que además estuvieron involucrados empresarios, académicos y agremiados, con resultados gratificantes porque los cancunenses están organizándose, sin distinciones, para consolidar una mejor ciudad.

Sin duda, son tiempos del ciudadano. El político o la autoridad que demerite los planteamientos del gobernado, no llegará lejos.

Desorbitado

Un nuevo escándalo de posible negligencia médica sacude a Cancún: una madre primeriza murió tras dar a luz en una céntrica clínica. Como es ya una constante, los internautas explotaron en las redes sociales, exigiendo justicia. Los detalles puede leerlos en Sipse. 

En casos como estos las demandas ciudadanas también deben cobrar fuerza moral. Es hora de castigar rigurosamente a centros médicos que incumplen todo tipo de normas. Sus responsables, “matasanos” inescrupulosos, que terminen donde corresponda.