¿Qué nos quita la felicidad?

Es terrible avergonzarnos por algo que nos pasó y no tuvimos la culpa.

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La mayoría de las personas creen que la felicidad es un factor externo, que viene de fuera hacia dentro, y que sólo las circunstancias y las personas que nos rodean nos la pueden dar. Hay que entender que mientras no cambiemos esa creencia, no seremos felices.

El creernos siempre víctimas nos roba momentos de felicidad. El sacar a relucir siempre las heridas del pasado y recordar en todo momento a las personas que nos hirieron hace que la felicidad se esfume.

Nos quita la felicidad el quejarse, el compadecerse de nosotros mismos, cuando tratamos de causar lástima, el hacernos el mártir o a la victima, cuando nos quejarnos de lo mal que nos trata la vida, o creer ser la persona que sirve a todos a costa de su felicidad, para terminar el día sintiéndose vacía, exhausta y víctima, dependiendo de los demás por su inmadurez. Eso nos hace que no valoremos lo que tenemos, y si sufrir de lo que carecemos.

Nos quita la felicidad cuando echamos la culpa a algo o a alguien. Pues nos sobran excusas y culpamos a otros de nuestras penas para justificar la falta de alegría y la estabilidad que sentimos. No asumimos nuestra responsabilidad y, por lo tanto, siempre nos sentiremos víctimas de las situaciones, haciendo que la infelicidad huya de nuestro lado.

Nos quita la felicidad cuando nos culpamos o nos avergonzamos de las cosas que nos suceden. A menudo intentamos ocultar esos sentimientos o reprimirlos en nuestro interior. Es terrible avergonzarnos por algo que nos pasó y no tuvimos la culpa. Pero debemos de pedir perdón, es lo correcto y lo necesario. Pero es más importante el perdonarnos a nosotros mismos, aprender de la situación y tener la determinación de no volver a cometerlo.

Nos quita la felicidad el vivir en constante estrés, el querer cumplir con todo y con todos, a la larga o a la corta el cuerpo lo va a resentir y las consecuencias pueden ser fatales. Hay que darnos tiempo para disfrutar nuestro camino, porque al paso de los años los pequeños detalles de la vida, esos serán los verdaderos momentos de felicidad. No hay que centrarnos en el tener, lo importante es el ser.

Dice un adagio japonés: “¡Goza la vida, porque es más tarde de lo que imaginas!”.
Y nos quita la felicidad nuestros pensamientos negativos. Son ideas y cuestionamientos que nos hacemos, y lo único que logramos es que nos desmotiven y desalienten. Hay que luchar por nutrir nuestra mente con pensamientos positivos, esa es una buena forma de conseguir la felicidad. Un pensamiento ocasiona un sentimiento, y un sentimiento nos motiva a la acción. 

Bien decía Epíteto, filosofo griego: “Lo que en verdad nos espanta y desalienta no son los acontecimientos exteriores, sino lo que pensamos acerca de ellos”. 

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