Qué pasa si boicoteamos la COP 13

Como ustedes saben, en el mes de diciembre nuestro país...

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Como ustedes saben, en el mes de Diciembre nuestro país será sede de la 13va Conferencia de las Partes del Convenio de la Diversidad Biológica (CDB), reunión que es mejor conocida como la COP 13.

Como sucedió en 2010 cuando llegó a Cancún la COP 16 de Cambio Climático, existen grupos que, con todo derecho, están en contra no solo de que se organicen estos eventos en un país como México y en especial en Cancún, sino de que se invierta tanto tiempo y dinero en trasladar a funcionarios de diferentes países a una sede, (la que sea) con el consecuente impacto que eso provoca.

Existen voces, unas más informadas que otras, y unas más y otras menos respetadas también, que en los últimos meses han hecho una campaña mediática contra la organización del evento en México, en especial después de varios sucesos en el país y el estado que han generado afectación a ecosistemas importantes.

Imaginemos que la ONU, los gobiernos, las organizaciones y los ciudadanos decidiéramos que no queremos la COP en México y menos en nuestro destino, y entonces nos unimos al clamor de algunos y “vetamos” el evento. “Fuera la COP”, gritaríamos hasta que nos hicieran caso y se la llevaran a cualquier otro país.

¿Estaríamos tomando una buena decisión? ¿Tendría consecuencias? Y no hablaré del impacto en la derrama económica en el destino ni los compromisos que asumirá el país porque serían los primeros puntos que mucha gente refutaría; yo creo que estos eventos tienen un mayor impacto cualitativo por lo que significan y catalizan, que cuantitativo por lo que generan. Entonces, ¿qué pasaría si boicoteamos la COP 13?

1. Perderíamos una extraordinaria oportunidad de transferencia de conocimiento y tecnología. ¿Pugnamos por un desarrollo costero sustentable? ¿Por protección y restauración de humedales? ¿Por avanzar en tecnologías alternativas? Pues les cuento que a finales de año, habrá en nuestro estado cientos de especialistas en estos temas, no solo de organismos internacionales y públicos, sino de empresas y ONGs de todo el mundo. No, mejor que no vengan.

2. Perderíamos la oportunidad de dar visibilidad a proyectos que necesitan un empuje para su consolidación. Hablo de iniciativas de ecoturismo comunitario, de rescate de meliponicultura, de desarrollo rural, de agricultura sostenible, de cambio climático, que pueden ser mostrados a los expertos no solo para pedir su asesoría, sino para conseguir respaldo técnico y financiero. No, mejor que no vengan.

3. Los ojos del mundo estarán en México y en Quintana Roo; para quienes quieren hacer incidencia en política pública para avanzar en temas de desarrollo sustentable, o para aquellos que quieren subir un tema a la agenda nacional o local, es también una gran oportunidad de comprometer a los gobiernos en decisiones importantes. Probablemente muchos de ustedes no han analizado lo que sucedió después de COP 16, en especial en el tema de protección de selvas en el centro y sur del estado, que con la asesoría de varios organismos que estuvieron presentes, dio un salto cuántico. No, mejor que no vengan.

4. En Quintana Roo hay más de 100 organizaciones de la sociedad civil que trabajan en temas ambientales y sociales, y que muchas viven (o desgraciadamente sobreviven) a través de donativos. También es una oportunidad de que tengan visibilidad y les permita acceder a contactos para el desarrollo de sus proyectos con especialistas internacionales. No, mejor que no vengan.

5. Por último, también es una oportunidad de que el sector turismo muestre un liderazgo en compromisos relacionados con la protección de la; como saben, uno de los cuatro temas estratégicos que se tratarán en la COP es precisamente turismo, y esto hará que tengamos en la zona a especialistas de la Organización Mundial de Turismo, empresarios globales líderes en este tema y a proyectos exitosos de los que podemos aprender mucho y hacer alianzas. No, mejor que no vengan.

Y es que hay quien pide mediante plataformas de firmas electrónicas, redes sociales y otros medios que se le quite la sede de la COP a México, como si la COP fuera un premio y se le pudiera quitar como a un medallista olímpico su medalla cuando se encuentra culpable por dopaje. NO es un premio, no responde a la lógica de hacerlo en el mejor país del mundo ni en el más sustentable: lo organiza México por ser firmante del Convenio de Diversidad Biológica y las decisiones de las sedes son tomadas con mucha anticipación.

Lo que SI, es que es una gran oportunidad no solo para los que vivimos en Quintana Roo, sino en todo el país y el mundo, de aprender, incidir, consolidar y proyectar a futuro.

Si boicoteamos el evento, nos estamos boicoteando a nosotros mismos. Mejor usemos toda esa “fuerza” que tenemos en redes sociales y otras plataformas y esa habilidad de conseguir fondos para estar aquí y apoyar a los que realmente trabajamos en la búsqueda del desarrollo sustentable del estado y del país.

Estaríamos muy agradecidos.

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