¿Qué podemos ser esta Navidad?
Podemos ser una sonrisa para quienes están tristes y deprimidos. Regalar una sonrisa al que llora y al afligido. Obsequiar caras felices y no gestos adustos que generan malestar.
Cuando era pequeño, siempre me preguntaban: ¿Qué vas ser cuando seas grande? Y yo respondía con una palabra: médico, abogado, astronauta, etc. Hoy, ya adulto, he sido lo que la vida y las oportunidades me han permitido ser, pero lo más importante, he tratado de ser un médico de cuerpos y almas.
Y me pregunto ahora que estamos en la época de Navidad esperando el nacimiento de Jesús: ¿Qué podemos ser en esta Navidad? Y la respuesta viene ahora a mi mente y la comparto contigo:
Podemos ser una voz serena entre el ruido de los apasionamientos. Vigilad y orad para no caer en la tentación. Ser la voz para el amigo que cayó en desgracia, la voz que ayude a socorrer al desprotegido. Pues muchas veces por nuestros labios habla Jesús.
Podemos ser una luz para quienes andan en las sombras de la ignorancia. Ser luz que rompa las tinieblas del pesimismo, del derrotismo y de la desesperanza. Luz de Dios que por nuestras acciones reconforte, anime y dé su amor. Sabemos mucho pero no lo aplicamos en nuestra vida diaria.
Podemos ser una sonrisa para quienes están tristes y deprimidos. Regalar una sonrisa al que llora y al afligido. Obsequiar caras felices y no gestos adustos que generan malestar. Una sonrisa alumbra más que la electricidad. Sonreír no cuesta nada y enriquece al que se le obsequia.
Podemos tener palabras de aliento para quienes quieren darse por vencidos. Muchas veces una frase recibida a tiempo puede salvar una vida que esté yendo al suicidio porque con nuestros labios Dios va a comunicarse con nuestros semejantes.
En esta Navidad podemos ser más humanos y más agradecidos con Dios por la vida y por todo lo que nos ha dado. Por la salud y por la enfermedad; por las lágrimas y las alegrías; por los días grises y lluviosos y por días soleados y radiantes. Ser más humanos en perdonar y aceptar, porque “el que perdona sana, y el que acepta gana”.
Sí, podemos ser la mano amiga que levante a quien cayó en la desgracia. La mano que reconforta con una palmada en el hombro al que sufre de una enfermedad degenerativa o incurable. O aquel que está recluido injustamente en la prisión. Ser la mano que sana, que da ánimo, ilusión y esperanza. La mano que da la caridad en el momento adecuado pensando más en el prójimo que en uno mismo.
En fin, en esta Navidad podemos ser el amor desinteresado para quien ha sido engañado y menospreciado. Pero también podemos hacer muchas cosas por los demás. Mientras haya alguien a quien le podamos ser útil y se atraviese en nuestro camino. Seamos este 24 de diciembre otro Jesús que vuelva a nacer en los corazones de todos nuestros hermanos generando paz, amor y esperanza.