¿Qué tiene el gobernador?

Desde que Fausto Vallejo andaba de campaña para gobernador ya hablaban de su mala salud.

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Los privilegios excluyen
a las mayorías.
Florestán

Desde que Fausto Vallejo andaba de campaña para gobernador de Michoacán, en el otoño de 2011, ya hablaban de su mala salud.

Pero en las elecciones del 13 de noviembre de aquel año, este doctor en ciencias políticas por la Sorbona de París y tres veces alcalde de Morelia, recuperó para el PRI el gobierno de Michoacán que había perdido 11 años atrás con Cuauhtémoc Cárdenas, derrotando a Cocoa Calderón, hermana del entonces presidente de la República, hoy senadora, y a Silvano Aureoles, actual coordinador de los diputados perredistas.

Pero el ganar la gubernatura no mejoró su estado de salud, en lo que nada ayudaba el deterioro de su estado físico.

Tuvo algunas ausencias, pero iba y volvía, recaía y se recuperaba, hasta que no pudo más y comenzó una larga etapa de incertidumbre para Michoacán, donde nadie sabía dónde estaba y ni qué le aquejaba a su gobernador.

A mediados de febrero hablé con él sobre su gobierno y su salud, y me dijo que estaba como el papa Benedicto XVI: si veía que no tenía fuerzas para gobernar, se retiraría, pero que se sentía girito.

El l4 de marzo me decía que las enfermedades no tienen palabra de honor, que recayó y esperaba los resultados de unos análisis para tomar una decisión.

El mal se debió agravar, porque se internó en el Instituto Nacional de Nutrición y volvió a desaparecer, dejando el timón a su secretario general de Gobierno, José de Jesús Reyna García, quien todavía ayer por la tarde no sabía el destino de Vallejo ni el suyo propio hasta que unas horas después el gobernador dio a conocer que solicitaría al Congreso local un permiso de tres meses o más para atender su problema de salud.

En esto yo pregunto: ¿tiene un gobernante derecho a ocultar una enfermedad o su carácter de servidor público le impide alegar privacidad justamente por eso, por tratarse de un asunto de interés público?

Eso no se ha definido nunca en México.

Aquí los altos funcionarios son como los Papas: nos enteramos de sus males en su acta de defunción.

Y de sus bienes por sus esquelas.

RETALES

1. OFICIO. Más que molestia en el Gobierno del Distrito Federal por el trato que recibe de Rosario Robles. En el tema de seguridad el subsecretario Roberto Campa se reunió con Miguel Ángel Mancera y delegados, tomaron acuerdos y firmaron un convenio. Todo fluye. En el programa contra el hambre, Robles lo maneja vía oficio, sin consultas ni acercamientos. Y eso que fue jefa del GDF;

2. ALERTA. Se calcula que los militantes de la Coordinadora llegarán al DF en 500 autobuses. ¿Se imagina un bloqueo de esa magnitud? ¿Qué van a hacer?; y

3. VISITA. Miguel Ángel Osorio cumple hoy su visita oficial a Washington, donde le han confirmado la de Obama a México para el jueves 2 de mayo, lo que ratificó José Antonio Meade, el canciller.

Nos vemos mañana, pero en privado

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