Quintana Roo: parada del infierno (I)
La PGJE del vecino estado documentó en 2012, 15 crímenes contra mujeres, un año después, 20, y durante 2014, 12.
No cabe duda. Quintana Roo es el paraíso turístico de México. En 2015, según datos de la Secretaría de Turismo estatal, el volumen de reservaciones llegó al 84.3 por ciento y cerró con una derrama histórica superior a los 8 mil 200 millones de dólares debido a la imparable afluencia por mar, aire y tierra. Ese año, de enero a abril, Quintana Roo ya había recibido 3 millones 740 mil 497 turistas, 5.9 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado, cuando ya se había impuesto un récord.
Sí, las cifras alegres son turísticas y de mucho billete. Pero para las mujeres, la vecina entidad se convirtió, en 2015, en la parada del infierno. Hubo más de 20 asesinatos de féminas, siete de los cuales ocurrieron en las últimas dos semanas del año.
La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Quintana Roo documentó en 2012, 15 crímenes contra mujeres, un año después, 20, y durante 2014, 12.
¿Y en lo que va de 2016? Pues nada más ni nada menos que seis casos, el más reciente (sábado pasado) de una chica nacida en el municipio de Dzilam de Bravo, Yucatán, violada y estrangulada, concretamente en Playa del Carmen. Y para todo este embrollo feminicida, chequen el siguiente reporte del portal www.sinembargo.mx
Cuchilladas, puñaladas, labios que simulan flores desgranadas, charcos de sangre en baños y habitaciones, articulaciones rotas, cuellos amoratados. La muerte no anda rondando; se ha hecho presente. Y parece que ha encontrado aliados para que este territorio sea propicio. Cuando, el 4 de noviembre pasado, el cuerpo de Abril Alejandra López Valencia (36 años, originaria de Mérida, migrante en su propio país) fue encontrado en una zona verde que rodea la zona hotelera de Cancún, el gobernador Roberto Borge Angulo iniciaba una visita a Londres, Inglaterra, para estar en la feria del Travel Market. Fue en su calidad de presidente de la Comisión de Turismo de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago). Al lado de la Secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Masseiu, inauguró el pabellón de México. Desde allá, envió un comunicado.
“Los que hablan de feminicidios y promueven que se emita esta alerta sólo buscan atentar contra el éxito de Quintana Roo, frenar el desarrollo y crecimiento sostenido en turismo, generación de empleos, economía familiar. Quienes hacen esta propuesta, estoy seguro, no conocen siquiera la ley.
“Lo que vemos es que se dispararon en 15 días los casos de violencia intrafamiliar (…) Hay grupos que se han querido aprovechar de estos hechos lamentables… para querer generar un estado de psicosis”, dijo en su momento Borge Angulo. Quintana Roo ya despuntaba como el estado número 13 en feminicidios de la República Mexicana.
El boletín del gobernante fue emitido después de que el Colectivo Ciudadano de Avance Legislativo (Aval) de Quintana Roo y el grupo #Niunamenos de la Universidad del Caribe solicitaron al Gobierno Estatal y al Congreso del Estado su intervención para que se envíe a la Secretaría de Gobernación (Segob) la a solicitud de alerta de género para Quintana Roo. Hasta el cierre de este texto, la solicitud tenía cinco mil firmas.
No hay grandes expectativas. Porque en aquella península del Caribe mexicano, la historia para darle frente a la muerte de mujer ha ocurrido al revés:
En 2011, cuando tomó posesión, Roberto Borge Angulo recibió un estado con “nivel medio” de riesgo para las mujeres, de acuerdo con el primer índice para Alerta de Violencia de Género (IAVG), elaborado por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim). Un año después, el entonces Procurador General de Justicia del Estado de Quintana Roo, Gaspar Armando García Torres, se presentó en la Cámara de Diputados federal con el “Informe Relativo a las Acciones Implementadas en Quintana Roo, en relación a los Feminicidios Registrados en el País”. En ese entonces y de acuerdo con el documento archivado en el Congreso de la Unión, el funcionario dijo:
“Conscientes de la imperiosa necesidad de reducir al menor número que sea posible la incidencia de la violencia de género, en particular de las muertas y desapariciones de mujeres y de niñas, hemos emprendido acciones que buscan su protección. Nos encontramos ante conductas que amenazan con el orden social, por ende una de las primeras medidas que debemos adoptar es reconocer e identificar dichas conductas; por su incidencia, por el sector específico al que pertenecen las víctimas, a través de un estudio de sus principales rasgos socio-demográficos, por las circunstancias en las que ocurren y por el tratamiento que se le da a cada una de ellas”.
Prosiguió: “En segundo término, es necesario investigar los factores que favorecen o condicionan su realización, teniendo en cuenta que los factores no determinan las conductas sociales, sino que las propician…”.
El 24 de mayo de ese mismo 2012, el Congreso del estado emitió un decreto para modificar diversos artículos del Código Penal y tipificar el feminicidio. En el artículo 89 bis del Código Penal quedó estipulado que este delito se comete por razones de género. En las fracciones de la uno a la seis las describe. Una es que existan antecedentes de que el asesino haya ejercido sobre la victima violencia familiar.
Ya con un marco jurídico, el Procurador logró su cometido. Para 2014, sólo había un caso de feminicidio en la entidad. (Continuará).