¿Alguna vez has sentido hambre?... He escuchado que vivimos en un país donde no debería existir el hambre pues tenemos suficiente alimento para todos los que vivimos aquí.

Afortunadamente para muchos, cuando hemos sentido hambre tenemos la posibilidad de comer en ese momento o de comprar algo para comer.

Pero con todo lo increíble que pueda parecer para algunos, existe una gran cantidad de personas que no tienen nada que comer, y no sólo eso, si no que tienen una gran cantidad de necesidades, alimentarias, de vestido, de un lugar digno donde vivir, si los vemos de reojo obviamente que no, vamos a poder entender ni sentir su necesidad, no a muchas personas les interesa o les toca el alma la necesidad que tiene alguien más, pero es una realidad.

Afortunadamente hay muchas asociaciones interesadas en ayudar y muchas personas con iniciativa propia por hacerlo, ojalá que muchos más sientan esa necesidad y pudiéramos ayudar a los demás. No podemos cerrar los ojos pero mucho menos podemos cerrar el alma.

Me ha tocado ver muy de cerca la necesidad de las personas y es muy triste ver la angustia en la cara de los mayores y la sonrisa inocente de un niño sin zapatos, no permitamos que esto siga pasando. Es muy cierto que a los mayores debemos impulsarlos a luchar por sus propias necesidades, pero muchas veces la ignorancia es el obstáculo más fuerte de vencer.

He escuchado muchas veces que se juzga a los que estiran la mano para pedir, no negamos que hay muchas personas que teniendo la posibilidad de trabajar les es más cómodo sentarse a pedir y es por esas personas que pagan muchas más, creo que ahora aplica el dicho de haz el bien sin mirar a quien, si no lo usas dónalo, si no lo vas a comer no lo tires, compártelo, tal vez no tengamos nunca la posibilidad de cambiar esa situación pero si en ti esta cambiar ese momento no lo dudes y hazlo. Ojalá pudiéramos borrar las estúpidas barreras que se hacen con los niveles económicos y sociales, ojalá hubiera más personas interesadas en ayudar, y menos dedicadas a juzgar la situación difícil de los demás.

Ojalá que ante esas situaciones hubiera menos lucro e intereses personales, que la ayuda se hiciera desde el fondo del corazón, ojalá que se escucharan más los “gracias” y “por favor” y fueran suficientes para llevar una vida mejor. Y si eres de los afortunados que no tienen ninguna necesidad ojalá le des el valor que te haga sentir el tener que dar las gracias, porque solo así sabrás que la necesidad existe. ¡Quítate los zapatos y camina en la necesidad de alguien más!