La principal complicación que tendrá la consumación de la reforma política nacional no será la oposición de las diferentes fuerzas políticas, sino el tiempo, pues a partir de la siguiente semana iniciará la cuenta regresiva para concretar cambios fundamentales de los procesos electorales de México, y la coyuntura encontró a los partidos políticos en plena renovación de sus dirigencias estatales o nacionales.

El Partido Acción Nacional (PAN) inició la etapa de proselitismo para la renovación –el próximo 18 de mayo– de su dirigencia, mientras que el de la Revolución Democrática (PRD) determinó iniciar ese mismo proceso, pero realizar la votación en agosto próximo. Mientras ello ocurre, el presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI)   César Camacho Quiroz, acompañado por los coordinadores del tricolor en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, y en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, presentó un decálogo de propuestas de reforma, ganándoles así la jugada a los demás actores políticos.

La propuesta tricolor recoge en sus propuestas los principales acuerdos del extinto Pacto por México, como que la propaganda ahora sea con fines informativos –o sea se acabaron las gorras, playeras, despensas y demás-; más sanciones a quienes rebasen topes de campaña, regulación de debates; mayores atribuciones a los órganos electorales para la fiscalización; nuevas reglas para constitución y registro de partidos políticos; nuevo sistema de nulidad de elecciones federales y locales; nuevas reglas para la integración de órganos electorales estatales; además de otras hechas por el presidente Enrique Peña Nieto, como la paridad de género en la postulación de candidatos.

Así que, mientras que PAN y PRD se desgajan al interior, el PRI –de nuevo- será el actor político ganador mediático de la reforma política; pero además se suman otros factores a su éxito, como que de los candidatos a presidir el Instituto Nacional Electoral (INE) la mayoría son señalados por tener vínculos con ese instituto político, aunque al final sea Lorenzo Córdova Vianello quien se quede al frente –por cierto señalado de tener favoritismo con el PRD-.

Pero las propuestas del PRI deberán integrarse –antes de concluir abril–, a normatividades tales como la Ley General de Partidos Políticos Nacionales y Locales; Ley General de Procedimientos Electorales y la Ley General de Delitos Electorales. Ojalá que los actores políticos logren generar los equilibrios necesarios en las normas a aprobarse, pues a las elecciones de Coahuila, Nayarit y Veracruz este 2014, se suman las de nueve estados en 2015 y otros tantos en 2016; así que las oportunidades para demostrar que el cambio del IFE por el INE fue bueno serán de manera inmediata.

Y en Quintana Roo...

El periodo ordinario en el Poder Legislativo estatal concluye el 31 de mayo, por lo que la reforma política nacional deberá también concretarse en el Estado, y faltará ver los temas que se incluyan de manera local, en una legislatura que ha logrado conducir acertadamente José Luis Toledo Medina, mientras la oposición “duerme”, se atomiza y desaparece.

Por último, en la entidad los órganos electorales se despedirán entre claroscuros por su actuación y con un amplio desprestigio de quienes las encabezan; muy probablemente hasta enero de 2014 se concretará la renovación del Consejo General del Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) y a los magistrados del Tribunal Electoral de Quintana Roo, constituyéndose en el ejemplo de lo que no debe ser y de la urgente necesidad de profesionalizar el desempeño de sus integrantes. Uno de los motivos por cierto, que dieron origen al cisma en que se convirtió la reforma política nacional, una de las más convulsas en la historia, y tal vez con magros resultados. Así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.