Dos términos: “Permanencia” y “Autogestión”. Dos palabras que son el pelo en la sopa en la Reforma Educativa aprobada el 20 de diciembre pasado.

La primera porque aún no se aclara si los maestros perderán sus plazas y otros logros obtenidos hasta ahora, así como si desaparecerá el llamado “escalafón”.

La segunda porque tampoco aclara aún si esto traerá la obligación a los papás de pagar esas cuotas económicas que de por sí dan cada año.

Lo cierto es que todavía esta Reforma impulsada por un gobierno panista y terminada por uno priista genera tantas dudas que incluso pocos o ninguno de los diputados locales que la aprobaron hace unas semanas sabe a fondo de qué se trata en realidad.
Esto sin mencionar desde luego al resto de la sociedad.

Al parecer la consigna fue aprobarla. No importa si no está terminada, o completa o clara o correcta. Simplemente aprobarla.

Digo al parecer, porque eso es lo que dicen quienes desaprueban esta modificación a la ley.

En fin, todo sea por estar a la vanguardia o igual que otros países con los que nos comparan todo el tiempo y son (se supone) los que dictan el rumbo mundial de hacia dónde deben ir los países para ser competitivos, etc., etc., etc.