La Regina y las cámaras de seguridad

Lo que se tiene en Yucatán se valora mucho más cuando has vivido en lugares peligrosos. Hay que mantenerlo así.

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Viernes de limpieza y la visita de la espectacular Regina. Al verla, muchos agradecen la existencia de la pastilla azul. Pero tenga cuidado: si la toma, suspenda todo complemento vitamínico rico en hierro. Si no lo hace, se pasará horas apuntando hacia el Norte.

“Don, que la policía duplicará el número de cámaras en la ciudad”. “Así es Regina, qué bueno”. “Pues no para la comadre, Don. Su vecina, Lupita, trabaja en la Policía, ahí donde se ven todas las cámaras”. “¿Y?”. “Es amiga del compadre y hace tres meses le encargó a Lupita que espiara a la comadre por las cámaras y que le hablara inmediatamente si algo raro sucedía. Ya ve que desconfía de ella.

Diez días después lo llamó y le dijo: ‘Óyeme, tu esposa recibe cada mañana al maestro Román que, dos horas después, sale con una sonrisa de oreja a oreja’. ‘¿Y me avisas hasta hoy? ¡Me tenías que llamar en cuanto vieras algo extraño!’ Y ella le dijo: ‘Pues por eso, lo que pasa es que hoy no llegó Román y acá ya estamos preocupados’. Por eso odia las cámaras la comadre”.

“En cuestión de seguridad no podemos escatimar, Regina. Lo que se tiene en Yucatán se valora mucho más cuando has vivido en lugares peligrosos. Hay que mantenerlo así”.

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